“Nunca pensé que mi ‘Barcelona’ trascendería”

“Esta caligrafía de Barcelona escrita en sangre e interrumpida por un lazo negro la hice de forma inconsciente, tras vivir como cualquier otro barcelonés los atentados del 17 de agosto. En ningún momento pensé que días después tendría el honor de que el Ayuntamiento me pidiera que fuera la imagen de la manifestación”, asegura el diseñador Frederic Amat, que tras el atropello mortal de la furgoneta por La Rambla escribió la palabra ‘Barcelona’ en rojo sustituyendo la ‘l’ por un lazo negro, como signo de duelo por las víctimas, escrito sobre un papel doblado y roto por una de sus partes en una línea que asemeja la línea del mar. “Salió así. Lo escribí. Rasgué el papel. Lo fotografié con mi móvil, no lo escaneé y lo mandé como foto o como WhatsApp a un puñado de amigos, pero nunca pensé que esta frase trascendiera”, explica, todavía, con gran emoción.

“Lo más impresionante, que nunca he vivido, ha sido comprobar cómo esta forma de expresar un sentimiento íntimo por lo que había sucedido, a la hora empezó a regresar a través de mensajes de teléfono, y la mayoría de personas no sabían que eran mía. Fue maravilloso”, explica este polifacético artista, pintor, diseñador y director de escena y de cine.

“A la mañana siguiente fui con mi hijo a la plaza de Catalunya y allí surgió el grito de ‘No tinc por!’, luego descendimos a La Rambla y cuando llegamos al mosaico de Joan Miró comprobé como muchas personas la habían hecho suya, la habían repetido con su caligrafía en sus papeles y mostraban en alto lo que yo había hecho el día anterior. Fue verdaderamente sobrecogedor”, prosigue Amat.

El diseñador explica que fue el sábado pasado cuando el Ayuntamiento, tras convocar la manifestación para el día 26, “se puso en contacto conmigo para pedirme si podían utilizar mi frase. ¡Por supuesto que sí. El honor es mío!, les dije”, explica, mientras asegura que lo que le ha pasado es “lo más bello que me ha ocurrido en mi quehacer como artista: lanzas una imagen, desapareces tras ella y este sentimiento personal que la ha provocado de triste causa se comparte por cientos y miles de personas que la toman como suya y la imagen acaba siendo de todos”.

Amat, que asegura que irá a la manifestación como “anónimo”, está convencido de que: “si me la encargan no habría hecho diana por responsabilidad. Lo bello de estas cosas es que ocurre como con los poemas: no los escribe uno, las buenas imágenes no las pinta uno, se pintan solas”, concluye el artista del que se pudo ver recientemente en La Pedrera una exposición con algunos de sus últimos trabajos, los ejecutados y otros que han quedado en el tintero como los anillos para decorar la fachada del Liceo que el Ayuntamiento de Ada Colau no ha permitido que se lleve a cabo.

El artista aplaude la decisión municipal de que en primera línea de la manifestación vayan los representantes de los cuerpos de seguridad y servicios sociales que más activamente colaboraron para ayudar y socorrer a los afectados, heridos y fallecidos en el atentado de la furgoneta que recorrió parte de La Rambla, desde Canaletas hasta el plano de la Boquería. “Barcelona cuando ha sido más luminosa es cuando la ciudad ha sido ella, cuando el latido de la ciudad no ha estado bajo criterios políticos, sino ciudadanos”.

Detrás de la primera línea, la manifestación que arrancará a las 18 horas en el paseo de Gràcia hacia la plaza de Catalunya, contará con gran parte de las autoridades españolas (presidente del gobierno y presidentes de las comunidades autónomas) y catalanas (presidente de la Generalitat y su gobierno).

Los creadores, como otros colectivos, rápidamente se volcaron en solidarizarse con los heridos del atropello de la semana pasada. La mejor forma de hacerlo fue creando motivos y dibujos alusivos al terrible acontecimiento que se acababa de vivir. Amat reinterpretó la palabra Barcelona. Javier Mariscal realizó un Cobi cabizbajo con un gesto en el que lamentaba lo que había pasado. Fernando Arrabal realizaba una pintada en la que a la palabra Barcelona incluía un signo de la paz. Forges pintaba uno de sus característicos personajes llevando un corazón hacia Cataluña, mientras que Nicolás Aznárez creaba una lágrima en la que se veía una Sagrada Familia, que luego se supo que era uno de los objetivos primeros de los terroristas.