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Gràcia reinventa su fiesta para volver a la normalidad tras el atentado

El lunes se entregarán los premios a las calles y se reanudarán los conciertos

Blanca Cia
La calle Verdi de Gràcia en la noche del viernes.
La calle Verdi de Gràcia en la noche del viernes.MASSIMILIANO MINOCRI

El barrio de Gràcia ha decidido reinventar sus fiestas este año tras verse suspendidas a consecuencia del atentado del pasado jueves en la Rambla de Barcelona. Sin conciertos y otras actividades que suponen aglomeraciones, muchas de la calles decoradas optaron el viernes por volver a cierta normalidad en un barrio que celebra sus fiestas mayores. Las barras de los bares de bastantes calles funcionaron y vecinos y barceloneses —pocos turistas— se pasearon en un ambiente relajado. Con todo, el impacto del ataque terrorista se veía en crespones negros y mensajes improvisados en algunos de los decorados.

Ver a unos chavales dándose un chapuzón en una piscina hinchable a las dos de la madrugada en la calle Verdi, una de las que siempre suele atraer a miles de visitantes, es absolutamente impensable en unas fiestas de Gràcia normales. Vecinos y festeros —los que trabajan todo el año para montar todo el engranaje— decidieron que no iban a renunciar a reunirse en las calles, cenar y conversar. Y eso es lo que pasó en la noche del viernes en bastantes calles engalanadas, como Verdi, Fraternitat, Ciudad Real o Joan Blanques (el tramo más cercano a la Travessera de Gràcia). Y algunas de las plazas de la Vila, especialmente la de Raspall y Sol, estaban muy animadas. En otras, como Puigmartí, se colocó una gran lazo negro en el decorado —una interpretación de Los cazafantasmas— donde alguien había colgado una libreta para dejar mensajes que poco a poco cubrieron las vallas: “Barcelona no tiene miedo”, “Prou ja, volem viure en pau”, “Barcelona, ets molt gran”.

200 años de vida y seis suspensiones

Con 200 años de historia de fiestas, la suspensión decretada el jueves por el atentado terrorista de La Rambla es la sexta. La primera fue doble: los años 1854 y 1855 porque la ciudad estaba asolada por un brote de cólera. En 1896, fue la población del distrito la que las boicoteó porque gran parte de sus ciudadanos estaban en la Guerra de Cuba.

La siguiente ocasión en que las fiestas de la Asunción dejaron de realizarse fue en 1909 a raíz de los hechos de la Semana Trágica. Y el último paréntesis forzado en la tradicional fiesta fue el impuesto por la Guerra Civil en el que el barrio dejó de engalanar las calles y disfrutar de la música durante tres años.

En las conversaciones de los vecinos sentados en mesas y sillas de las calles Joan Blanques (de Baix de tot) o en Verdi, por ejemplo, el tema era el atentado del jueves. Muchos habían bajado el viernes a la concentración del minuto de silencio en plaza de Catalunya, con las camisetas de las fiestas puestas. En las tertulias nocturnas se planteaban que la mejor manera de evidenciar el grito “No tenim por” que se extendió por toda la ciudad era recuperar la vida normal. “Si es verdad que no tenemos miedo tenemos que volver a la normalidad y en fiestas lo normal es compartir el espacio, la calle”, comentaba Josep Maria Contel, miembro de la Federación de Festa Major. Una reunión festiva entre vecinos que ha sido el espíritu que ha mantenido viva la celebración durante 200 años. Y dentro de esa vuelta a la normalidad, por ejemplo, ayer por la mañana una cincuentena de personas asistían a un vermut musical de Clàudia Cabero.

Un crespón negro en el decorado de la calle de Puigmartí y mensajes de solidaridad.
Un crespón negro en el decorado de la calle de Puigmartí y mensajes de solidaridad.Massimiliano Minocri

La decisión de suspender las fiestas tras el atentado la tomó el Ayuntamiento de Barcelona. Una cancelación que ha afectado, especialmente, a la parte más multitudinaria, los conciertos, que se habían programado en las 22 calles que este año estaban decoradas y en varias plazas. Superado el primer impacto, los festeros apuntaban que la suspensión tendrá efectos en la organización porque, entre otras cosas, había compromisos con cantantes y grupos. Con todo, eran conscientes de que, además de los días de luto, en una situación de alerta como la que está viviendo Barcelona con todos los esfuerzos de los mossos puestos en la detención de los otros supuestos integrantes de la cédula que atacó Barcelona y Cambrils, era imposible —por no decir impensable— dedicar recursos al dispositivo habitual de seguridad de las calles de Gràcia en fiestas que por norma general son multitudinarias.

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La normalidad volverá mañana, el último día. A las 12 del mediodía se hará la entrega de los premios a las calles —estaba prevista el día del atentado— en la sede del distrito. También mañana volverá la música con los conciertos que ya estaban previstos en las calles y plazas, aunque no se descarta la realización de alguno puntual a lo largo de este fin de semana.

Sants arranca el lunes con el pregón y la entrega de premios

B.C.

Los últimos retoques a los decorados de las calles que este año participan en las fiestas de Sants, la que toma el relevo a Gràcia, se darán a lo largo de este fin de semana. Un pequeño margen de tiempo ganado por la suspensión de gran parte de los actos que estaban previstos ya que el inicio tenía que haber sido ayer. A consecuencia del atentado terrorista del jueves en La Rambla barcelonesa y el de Cambrils, hoy solo se realizarán las actividades diurnas. Pero los actos institucionales, como la lectura del pregón y la entrega de los premios a las calles con los decorados elegidos por el jurado, previstos para hoy, quedaron aplazados hasta mañana. Con lo que, por primera vez, coincidirá la entrega de premios a las calles engalanadas en Sants y Gràcia.

Tampoco funcionará hasta mañana la feria de atracciones situada al lado de la estación de Sants. La suspensión también ha afectado a la cercavila y las sardanas —las dos actividades programadas para hoy —que intentarán programar otro día de las fiestas que acabarán el próximo domingo. Los conciertos que estaban programados para ayer no se realizaron, una suspensión que incluyó a los actos de la Fiesta Mayor Alternativa.

Un comunicado de la organización de las fiestas de Sants apuntaba que sería cada comisión la que decidiría si los conciertos programados para hoy se suspenderían o no. Ayer a las ocho de la tarde realizaron una concentración en el recinto de la Espanya Industrial en protesta por los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils.

21 espacios

Este año serán 21 espacios los que participarán en las fiestas de Sants, incluyendo los espacios de la Fiesta Mayor Alternativa, que se realizará en tres localizaciones diferentes, y el de los Castellers. Entre las calles que este año se engalan están Alcolea (Baix i Dalt), Galileu, Masnou, Finlandia, Vallespir (Baix i Dalt), Rossend Arus y Masnou. Otros espacios que también exhibirán decorados serán el Calaix de la Vergonya y el Casal Independentista.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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