La PAH ocupa siete pisos para alojar a inquilinos desahuciados
La firma Norvet ha comprado el edificio de inquilinos de la calle de Aragó para rehabilitarlo
Nuevo episodio en la crisis del alquiler que vive Barcelona, donde los precios se han disparado a límites nunca vistos, los desahucios de inquilinos se suceden y decenas de edificios han sido comprados por inversores que están expulsando a sus vecinos para rehabilitarlos y volver a alquilarlos o venderlos. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) anunció ayer que ha ocupado siete pisos del número 477 de la calle de Aragó para alojar a inquilinos que han sido desahuciados de otros edificios y a los que, aseguran, el Ayuntamiento no atiende.
El edificio, además, es uno de los que han sido comprados. En este caso por la firma Norvet, que anuncia los pisos en venta en su página web, con imágenes virtuales, y que ya ha comenzado a comunicar a algunos vecinos que les rescindirá el contrato. Ni la empresa ni el Consistorio ofrecieron ayer su versión de los hechos.
El portavoz de la PAH, Carlos Macías, reconoció “avances” en la gestión en materia de vivienda por parte del ejecutivo de la alcaldesa Ada Colau. “Pero tenemos un problemón, estamos en estado de excepción”, justificó al defender la ocupación. “El edificio es un híbrido entre vecinos en peligro y otros a los que el Ayuntamiento no da respuesta; entre familias que tienen un problema y otras que lo pueden tener”, resumió.
Los actuales inquilinos y los nuevos ocupantes del bloque explicaron su testimonio. Inquilinos como Gabriel Freitas, que lleva en el edificio desde 1992, tiene contrato hasta noviembre y en mayo pasado recibió un burofax anunciando que debía abandonar la vivienda a mediados del mes pasado. Angustiado, desempleado y sin más ingresos que los del sueldo de su mujer, explicaba que si tuviera suficiente dinero para pagar tres meses de fianza, buscaría otro piso.
Y okupas como Karima y sus dos hijos menores, que ha tenido que irse del local-vivienda en el que vivía desde hace 17 años pese a tener contrato indefinido. Asegura que el Ayuntamiento no le ofrecía más solución que un piso compartido y que ha denunciado el caso ante el Síndic de Greuges. O Eva, que vivía en Sants y fue desahuciada embarazada de 40 semanas: “Pese a haber acudido a los servicios sociales con tiempo suficiente”, explica y asegura que el consistorio solo le ofreció “cuatro días de pensión”.
Durante la jornada de ayer los Mossos d’Esquadra acudieron dos veces al edificio avisados por la propiedad para certificar la ocupación. Por la tarde, Norvet se presentó con personal de seguridad para vigilar la portería.
El episodio que vive este edificio recuerda a los que protagonizó la autodenominada Guerrilla de la vivienda en 2006. Eran activistas que ocupaban pisos en fincas con inquilinos de renta antigua que sufrían acoso inmobiliario: los jóvenes accedían a una vivienda y protegían con su presencia a los ancianos que quedaban en las fincas. En la calle de Magdalenes, entre aquellos jóvenes estaba quien fundó y lideró la PAH y hoy es alcaldesa, Ada Colau.
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