El Parlamento catalán aprueba la ley que regula los clubes cannábicos
La norma contempla el cultivo, el transporte y el almacenaje de la marihuana
Los clubes cannábicos catalanes ya tienen una ley que ampare su actividad. El Parlament aprobó este miércoles la norma que autoriza la constitución de las asociaciones cannábicas, el cultivo y el transporte de la marihuana. Hasta ahora, vivían en una especie de alegalidad, estaban inscritos como asociación, pero sus responsables se arriesgaban a ser detenidos si eran sorprendidos cultivando o transportando parte de esa marihuana.
La ley, fruto de una Iniciativa Legislativa Popular y aprobada con el voto en contra del PPC, acaba con esta situación y define claramente qué es un club cannábico (una asociación sin ánimo de lucro), los requisitos para ser socio (mayor de edad y recomendado por otro socio) y las normas básicas de funcionamiento. Las asociaciones no podrán cultivar más de 150 kilos al año, y los usuarios podrán retirar un máximo de 60 gramos de marihuana al mes, que deberán consumir dentro del local.
La norma soluciona uno de los problemas básicos de los clubs: el cultivo, el transporte y el almacenaje. Las asociaciones contarán con unos libros de registro donde dejen claros cuántos cultivos hacen y quién los transporta, así como un listado de sus socios. Ese es el elemento más delicado que puede llevar a la suspensión de la norma por parta del Constitucional porque colide con el código penal, que considera el cultivo y el transporte como tráfico de drogas. El alto tribunal ya suspendió la ley foral navarra que regulaba los clubs.
En Cataluña existen más de 400 asociaciones, y algunas de ellas tienen más de 200 socios. Aprovechando la alegalidad existente hasta ahora, algunos clubes han sido un gran negocio en el centro de Barcelona. Tanto los Mossos como la Guardia Urbana han actuado contra algunas de estas asociaciones, en las que suelen acudir turistas que han sido captados por las calles de la ciudad. Incluso existe un mercado de compraventa de licencias de clubes. El fructífero negocio ha desencadenado un aumento de la violencia de tipo medio alrededor de la marihuana, y que el crimen organizado se haya volcado en el tráfico de este tipo de droga.
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