Los médicos de las UVI del Samur denuncian que ninguna tiene los materiales que exige la ley
Durante la segunda quincena de abril operaron 65 unidades sin una enfermera o un médico
La Asociación de Médicos de Transporte Sanitario del Ayuntamiento de Madrid (Meditse) denuncia que todas las UVI móviles municipales carecen de los equipamientos necesarios para realizar su labor. Es más, aseguran que en muchas ocasiones acuden a los sitios de los accidentes sin un médico o un enfermero a bordo de la ambulancia. Esta situación hace que no puedan efectuar su trabajo de forma correcta y que estén obligados a realizar dos funciones de forma simultánea. Precisamente este viernes, el Samur celebró sus 25 años de servicio.
De los 72 equipamientos mínimos que exige la normativa de 2012 (camillas, bombonas, mascarillas, pulsioxímetros...), las 17 ambulancias del Samur solo tienen una media de 54, según el sindicato Meditse. Los facultativos también denuncian que durante la segunda quincena de abril se vieron obligados a echar mano en 65 ocasiones de vehículos de intervención rápida (VIR), denominación técnica de las ambulancias que carecen de un médico o una enfermera a bordo. “Los VIR ya no se utilizan solo en casos excepcionales, para los que fueron planificados. Ahora hay tantas deficiencias de personal y técnicas en las UVI, que hay que usar ese tipo de ambulancias”, asegura José Antonio Jiménez, médico del Samur y sindicalista de CC OO.
Isabel Casado, subdirectora del Samur-Protección Civil, responde que “lo ideal” sería que las ambulancias salieron completas (médico, enfermero y dos técnicos), pero que la solución que están llevando a cabo “no está yendo contra la ley”.
Según la normativa, las “ambulancias asistenciales de clase C (UVI)” deben contar, al menos, con un técnico en emergencias sanitarias y un enfermero. Asimismo, “cuando la asistencia a prestar lo requiera, deberá contar con un médico”. Sin embargo, EL PAÍS ha comprobado que una médico del Samur trabaja solo con dos técnicos porque el enfermero está de baja desde agosto y no se le ha remplazado. “En la UVI, cuando diagnosticamos al paciente le decimos a la enfermera ‘tienes que hacer esto y esto’ y tú te dedicas por completo al paciente. Pero cuando vas en una unidad incompleta, tienes que pensar en poner la vía, tomar la temperatura y no te centras completamente en tu cometido”, denuncia una profesional.
Casado afirma que cada vez que un médico necesita una enfermera, esta se presenta en el sitio en cuatro minutos. “Entiendo la situación que reclama, pero no ha bajado la calidad del servicio”, apunta la subdirectora del Samur.
Los facultatuvos ponen más ejemplos de los problemas que están teniendo para trabajar: el Viernes Santo un paciente sufrió una parada cardiorrespiratoria. Cuando ya lo habían subido a la ambulancia, el motor de esta empezó a echar humo. “Veníamos avisando desde hacía meses de que el vehículo hacía un sonido raro. Tuvimos que bajar al paciente, esperar a que llegara un VIR y trasladarlo con todos los trastos posibles”, relata un doctor. “No queremos tener que poner tres pulsioxímetros para medir la saturación de oxígeno del paciente, porque dos están rotos, o tener que esperar a que venga alguien con un aspirador para succionar la sangre y el vómito para poder intubar al trasladado”, reclama la asociación.
Entre los materiales que suelen faltar en las ambulancias, según Meditse, figuran sábanas, lonas de traslado, máscaras para todos los tamaños de rostro, y tableros espinales completos con inmovilizadores de cabeza y correas de sujeción. “Cuando abrimos el botiquín de pediatría, nos preguntamos con qué nos vamos a encontrar. El material es lamentable. Yo he decidido llevar mi propio equipo, como mascarillas para chavales de distintas edades”, denuncia una facultativa.
Se da la circunstancia de que el último concurso municipal para adquirir material de electromedicina fue anulado por el Tribunal Administrativo de Contratación Pública. Los jueces se dieron cuenta de que el Ayuntamiento había copiado “de forma textual” las características de los productos que sacaba a concurso de un folleto comercial. Esta paralización provocó que no se pudieran renovar los concursos de desfibriladores, pulsioxímetros y otros materiales. La inversión prevista para mejorar el material era de casi 1,2 millones de euros.
Casado asegura que dentro de los próximos 10 días se distribuirán en las unidades los lotes que faltan, menos los monitores, cuyo concurso sigue paralizado.
Hace poco, el Ayuntamiento incorporó a nueve doctores más, pero el Meditse cree que faltan, cuando menos, ocho más. .
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