El Gobierno catalán se compromete a “convocar y celebrar” el referéndum
Puigdemont, Junqueras y el resto del Ejecutivo firman un manifiesto de alta carga política
El Gobierno catalán en pleno, junto a la mayor parte de sus altos cargos, firmó ayer un manifiesto, sin vinculación jurídica pero con un alto simbolismo político, con el que reafirma su compromiso de “organizar, convocar y celebrar” un referéndum independentista —que sería ilegal— y “aplicar sus resultados”, pese a la oposición del Gobierno central y las advertencias del Tribunal Constitucional. En un solemne acto en el Palau de la Generalitat, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras obtuvieron la imagen de unidad que ansiaban.
El acto fue preparado con urgencia pero a conciencia por el Ejecutivo catalán. La imagen unitaria de los tres primeros niveles políticos de la Administración autonómica —sin representantes de partidos ni de entidades independentistas ni de diputados— era un balón de oxígeno para el Gobierno de Junts pel Sí, que se ha enfrentado en las últimas semanas a diferencias internas entre el Partit Demòcrata (PDeCAT) y ERC. Ambos partidos se han acusado mutuamente de querer evitar en realidad el referéndum y acelerar unas elecciones que resten tensión a la situación política catalana actual. Los republicanos pretendían algo más ambicioso y que supusiera un mayor compromiso para todo el Gobierno: que las decisiones que tome cualquier consejero sobre el referéndum sean asumidas de forma colegiada por el resto del Gabinete.
Además, el Ejecutivo está sometido a la presión externa de la CUP para que convoque ya el referéndum y del Gobierno central para que dé marcha atrás.
El jefe político de los Mossos, último en firmar
El director general de Policía de la Generalitat, Albert Batlle, fue ayer el último en suscribir el manifiesto. Lo hizo a destiempo, por la tarde, y después de que por la mañana, pese a asistir al acto, abandonara el Palau de la Generalitat sin fijar su rúbrica en el documento. Preguntado al mediodía por qué no había firmado, respondió que por una cuestión de agenda —tenía que irse rápidamente a la celebración del Día de las Escuadras, la festividad de los Mossos d’Esquadra— y señaló que ya firmaría el documento, sin señalar una fecha. De forma apresurada, volvió al Palau de la Generalitat a las cinco de la tarde, donde le esperaban los responsables de Protocolo.
Batlle, exconcejal socialista, evitó así lo que podría haber generado otra crisis por el papel que jugará la policía autonómica en el plan independentista. La CUP cuestiona en este sentido al Departamento de Interior y a su consejero, Jordi Jané.
En total, 181 personas rubricaron ayer el documento, aunque en esa cifra constan otros cargos que no pertenecen a los primeros niveles del Gobierno pero quisieron firmar también.
“Todos y cada uno de los miembros de este Gobierno nos hacemos responsables de esta tarea [celebrar el referéndum], nos comprometemos a llevarla a cabo y a aplicar los resultados”, concluye el manifiesto, que incluye en sus primeras líneas referencias a la Guerra de Sucesión, a la Guerra Civil y al fusilamiento posterior del presidente de la Generalitat Lluís Companys, referencias poco habituales hasta ahora. El texto también afirma que “en demasiadas ocasiones” Cataluña ha visto obviada su lucha por la libertad a través de la “fuerza del Estado”. La lectura del manifiesto, a cargo de Laura Borràs, directora de la Institución de las Letras Catalanas, fue más larga que las dos intervenciones del presidente Puigdemont y el vicepresidente Junqueras, quienes cerraron el acto pero quisieron ceder el protagonismo al texto, elaborado durante los últimos cuatro días.
El manifiesto sostiene que las pretensiones de negociar de la Generalitat solo han logrado “la única respuesta de la vía judicial”, e insinúa que el bloqueo al autogobierno se ha repetido en diferentes momentos de la historia. Se llega a afirmar: “Todos los presidentes de la Generalitat del siglo XX padecieron el exilio o prisión por defender nuestras libertades”. Con esos antecedentes históricos y las condenas por inhabilitación de los organizadores de la consulta del 9-N, el Gobierno catalán señala su compromiso de celebrar un referéndum de independencia, argumentando que es un mandato de la ciudadanía.
Pese a las “amenazas”
El presidente de la Generalitat señaló que se celebrará el referéndum pese a las “amenazas” de “limitar el autogobierno”, e indicó que el acto demuestra que el referéndum no lo hacen “dos o cuatro manos, sino que son muchas”. Puigdemont añadió que esa consulta se hará “a la manera de las democracias avanzadas y serias”.
Junqueras también hizo hincapié en la unión del Ejecutivo catalán en la tarea de organizar la consulta: “Todos nos tenemos de conjurar, todos nos conjuramos en el sentido más generalista de la palabra. Juramos conjuntamente que haremos todo lo que nos corresponde”, dijo.
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