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Las urgencias han de reducir un 10% los pacientes que están más de un día sin cama

El Departamento despliega un paquete de medidas para contener la saturación en la puerta de entrada al hospital

Jessica Mouzo
Los servicios de urgencias del Hospital de Bellvitge en una foto de archivo.
Los servicios de urgencias del Hospital de Bellvitge en una foto de archivo. Gianluca Battista

El Departamento de Salud explicó ayer su plan para descongestionar las urgencias de los hospitales catalanes, que sufren saturaciones recurrentes a lo largo del año. La "hoja de ruta", como la han llamado, incorpora un paquete de medidas donde las alternativas a la hospitalización tradicional y la reorganización de los dispositivos de emergencia asumen el grueso de las propuestas. El objetivo es contener las urgencias y, en concreto, reducir un 10% los pacientes que esperan más de 24 horas en los pasillos sin cama. En cuatro años, ningún enfermo podrá estar más de un día en el servicio desde que entra en admisión hasta que es dado de alta, derivado a otro centro o ingresado en planta.

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“Hay un desajuste entre la demanda de servicios de urgencias y la respuesta del sistema sanitario, entre otras cosas porque la demanda crece y es variable”, ha reconocido Cristina Nadal, directora del Área de atención sanitaria del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut). El Departamento ha admitido que el sistema no es capaz de responder con eficacia y agilidad al nuevo perfil de paciente que se presenta en las urgencias —enfermos crónicos o oncológicos, que requieren de una atención más compleja—. El plan, ha asegurado el consejero de Salud, Toni Comín, aspira a resolver o reducir esta brecha entre la demanda y la atención, aunque ha avisado que los resultados no se verán “en seis meses”.

Los planes estacionales que se empleaban hasta ahora para reorganizar las urgencias —se inyectaban más recursos de camas y profesionales durante los períodos de mayor presión asistencial, como la época de gripe— se han quedado obsoletos porque la demanda “ya no es tan estacional”, ha reconocido David Elvira, director del CatSalut. Con la nueva carpeta de medidas sobre la mesa, Salud exigirá a todos los hospitales que reduzcan un 10% en un año los pacientes que están en urgencias más de 24 horas. Aunque la realidad de cada centro es diferente —unos tienen más presión asistencial y saturación que otros—, la medida es igual para todos. “Algunos hospitales están en más predisposición de cumplir este objetivo”, ha reconocido Nadal. Algunos centros como Vall d’Hebron llegan a tener, en picos de presión asistencial, hasta el 50% de los pacientes esperando más de 24 horas. En el Sant Pau, en cambio, es alrededor del 25%.

Para lograr este objetivo y con el argumento de que más de la mitad de las urgencias pueden atenderse fuera del hospital, el Departamento ha optado por desplegar una red de centros de urgencia de atención primaria (CUAP) en las zonas de mayor densidad de población y apostar por la hospitalización domiciliaria en los sitios de mayor dispersión poblacional. Además, Salud pondrá en marcha cuatro equipos de apoyo integral a la cronicidad (ESIC) para atender y hacer un seguimiento a los pacientes crónicos complejos antes de que se descompensen. 

En los propios servicios de urgencias, el Departamento prevé montar equipos estables y jerarquizados como cualquier otro servicio hospitalario. El responsable de urgencias tendrá rango de jefe de servicio y los trabajadores de la unidad se dedicarán exclusivamente a las urgencias, no serán derivados temporalmente desde otros servicios.

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"Combatir la saturación"

Las medidas concretas para "combatir la saturación" de las urgencias, según Salud, pasan por la creación de los cuatro ESIC, un equipo de atención a la fragilidad —que atiende a pacientes vulnerables que se descompensan fácilmente— en el hospital de Sant Pa,  una unidad de preingreso con 12 camas y otra de hospitalización de agudos con 30 plazas en el hospital Moisès Broggi y dar altas médicas antes de las 12 del mediodía.

Además, también se desplegarán "derivaciones a la inversa", es decir, de hospital hacia CUAP, para que el paciente sea atendido según los recursos que precise. En este sentido, se pondrán en marcha las derivaciones desde el hospital Josep Trueta de Girona al punto de atención continuada (PAC) Güell, por ejemplo.

El Sistema de Emergencias Médicas (SEM) también contará con dos líneas nuevas de atención directa de pediatría y salud mental. Además, se activará un nuevo dispositivo nocturno, un helicóptero medicalizado que podrá volar de noche.

El CatSalut no ha especificado la partida concreta para desplegar su "hoja de ruta", aunque ha explicado que el montante necesario para este año está dentro del presupuesto de 2017. El director del CatSalut ha puntualizado que los recursos provienen de muchas áreas diferentes y ha concretado que, por ejemplo, la puesta en marcha de cinco CUAP supondrá un millón de euros, los ESIC otros dos millones, 900.000 las líneas pediátricas y de salud mental del SEM y otros 900.000 euros la activación del helicóptero nocturno.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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