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“El ‘trap’ no es solo música”

El género musical derivado del hip hop y con mensajes machistas triunfa entre los adolescentes españoles, sobre todo catalanes

Carlos Garfella
De arriba a abajo, 5 de los 6 miembros del grupo musical PAWN Gang, Yung Mare (I), Willfree (D), Lil Guiu (I), Good Jan (I) y Monrra Straps (D).
De arriba a abajo, 5 de los 6 miembros del grupo musical PAWN Gang, Yung Mare (I), Willfree (D), Lil Guiu (I), Good Jan (I) y Monrra Straps (D). Albert Garcia (EL PAÍS)

“No es solo un nuevo género musical. También un estilo de vida basado en la droga, el barrio, las mujeres y las peleas”, explica Willfree (nombre artístico), uno de los componentes del grupo catalán de trapPAWN GangTrap en inglés significa trampa. En Estados Unidos se utiliza para referirse a los lugares donde se trafica con drogas. Desde 2012 y sin abandonar su mensaje metafórico, el trap también se ha convertido en un nuevo estilo musical derivado del hip hop que arrasa entre los jóvenes de 15 a 25 años. Las canciones de P.A.W.N. Gang tienen más de un millón de visualizaciones en YouTube. Otros cantantes como Kinder Malo llegan a los 8 millones. “Empezamos cantando como amigos, en plan broma, y ahora acabamos de firmar un contrato con una discográfica”, añade el joven cantante, de 25 años. 

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"Cuando vas con una cuba eres una fulana/ Hay que mojarse, hay que meterse en líos", suena por el céntrico barrio barcelonés del Raval desde el móvil de unos adolescentes. Visten de forma característica, con los pantalones caídos y gorras de béisbol. Por su edad, pertenecen a la llamada generación millennial (nacidos entre 1982 y 2004). “El trapero es una especie de mezcla de quinqui y rapero. Al principio era una música que se escuchaba en los barrios más conflictivos, pero con el tiempo se ha generalizado y ahora lo escuchan los jóvenes de todas las clases sociales, es lo que se lleva”, dice Yung Mare, otro de los componentes de P.A.W.N. Gang

El trap nació en los bajos fondos de Estados Unidos de la mano de grupos como Master P y Goodie Mob. Cataluña se ha convertido en el principal foco de promoción de esta música en España. Cada vez hay más jóvenes que abren cuentas en Youtube para colgar sus canciones e intentar dar el salto a la fama.

“El movimiento está en plena evolución y Barcelona es el foco: no hay día que no nos paren por la calle para pedirnos una foto”, añade el cantante. El grupo firmó hace unas semanas una colaboración con la discográfica Krik music. Su director, Manel Ortiz, explica que el trap tiene mucho recorrido comercial. “En unos años explosionará. Hay muchísimos jóvenes que lo escuchan. Pero tendremos que ver qué tipo de trap se consolida ya que es un género que evoluciona constantemente. Ahora estamos observando cómo se acerca más al reguetón”, dice. Para Manel este género tendrá más recorrido comercial que el que tuvo el hip hop en los 90, su época dorada en España. "Está teniendo un auge brutal; por su estilo (más electrónico), tendrá un audiencia más global. En Latinoamérica ya es todo un fenómeno", concluye. 

El hip hop explosionó en España en los años 90 con grupos como Rapsusklei, Violadores del Verso o Kase O. “Ahora en cambio, en el patio de los colegios suenan nuestras canciones”, explica Wilfree. Raperos como Rapsusklei y Mucho Muchacho han criticado el género por sus influencias hacia la electrónica y el "vacío" de sus letras. “Son demasiado puritanos, de la misma manera que ellos cambiaron el hip hop, nosotros ahora hacemos algo distinto. Son los nuevos tiempos”, se justifica.

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Youtube se ha convertido en el escaparate de los nuevos grupos. De cada vez hay más jóvenes que cuelgan vídeos estridentes a la caza de seguidores. Sumar visitas puede significar ingresos por publicidad y recibir ofertas de promotores. “Nosotros empezamos en 2010 con un micrófono de karaoke y ahora vamos a dar una gira”, añade. Para Manel Ortiz el fenómeno, sin embargo, puede suponer riesgos. “Hay mucho mensaje machista oculto en algunos canciones, nosotros decidimos colaborar con este grupo porque ellos no abusan demasiado de él”, afirma. 

Caro Costa, catalana de 23 años, es una Dj amateur reconvertida a cantante de trap. Hace pocas semanas publicó su primera canción en Youtube llamada Massa Money. Alejada del mensaje “machista y fardón" que algunos grupos practican, Costa explica que ella está componiendo canciones “para fomentar el feminismo y los mensajes sociales”. “Si tú en una canción te jactas de lo 'guay' que es drogarse, los niños de 15 años que te escuchan y te admiran te van acabar imitando". "Yo concibo el trap de otra forma", concluye. 

Sonia Cuevas, de la discográfica de hip hop Zona Bruta, fundada en 1996 y que ha trabajado con artistas como SFDK, La Mala Rodríguez o Hablando de Plata, no está "preocupada" con este nuevo fenómeno. La promotora no cree que pueda afectar de manera negativa a la industria discográfica del hip hop. "Me molesta que se impongan normas estrictas, como dogmas, sobre qué es o no el hip hop. El rap también nació con este mensaje sobre las drogas, las mujeres el dinero y el alcohol. La diferencia es que ahora estos nuevos grupos introducen otro musicalidad, mezclan estilos, es una música más electrónica". explica. Cuevas tampoco entiende la diferenciación que algunos de los raperos "más ortodoxos" predican contra el trap. "Ahora estamos viviendo la época de moda de este género. Mi visión es que el trap se engloba dentro del hip hop. En unos años la evolucionará y seguiremos viendo cosas distintas. No hay de qué alarmarse", añade. 

"Cuando el hip hop evoluciona siempre hay dos caminos: el de hacer canciones de denuncia social o hablar sobre drogas, las chicas y la calle. Está claro que el mensaje que más éxito tiene acaba siendo el segundo", dice Cuevas. Wilfree añade: "Entiendo que algunos padres puedan estar preocupados porque sus hijos escuchen según qué letras. Pero su generación, en la infancia, escuchaban el rock and roll de las drogas y el sexo". 

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Sobre la firma

Carlos Garfella
Es redactor de la delegación de Barcelona desde 2016. Cubre temas ambientales, con un especial interés en el Mediterráneo y los Pirineos. Es graduado en Derecho por la Universidad de las Islas Baleares, Máster en Periodismo de EL PAÍS y actualmente cursa la carrera de Filosofía por la UNED. Ha colaborado para otros medios como IB3 y Ctxt.

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