Sardanas en el parque
La intérprete fantasea con el mar desde Pintor Rosales, come espaguetis con serenata en Ópera y es aficionada de los clubs de jazz
1. Parque del Oeste. Después de tanto tiempo viviendo en Madrid —entre 1987 y 1992 residía en la capital— he descubierto este año los atardeceres desde Pintor Rosales. Vivo por la zona y vengo mucho a pasear. Como persona de mar que soy me hago la ilusión que al fondo, tras la Casa de Campo, está el mar.
2. La glorieta de la Sardana. En el Retiro, en esta plaza se bailan sardanas (primer y tercer fin de semana del mes a las 12.00). Es mi frikada catalana. Se solía hacer con un radiocassete, ahora con un móvil y altavoz, y a veces acude una cobla (conjunto de musica tradicional).
3. Prado del Rey. La primera imagen que tengo de Madrid es Prado del Rey. con 21 añitos fui directa del aeropuerto a los estudios. Es un lugar profesionalmente y sentimentalmente muy potente. Hace poco estuve y me hice una foto con las mismas cámaras con las que aprendí a mirar a cámara. Es mágico. (Avenida Radio Televisión, 4. Pozuelo de Alarcón).
4. Calle de Mesón de Paños. Esta cortísima calle, entre Mayor y Arenal, y con una pendiente pronunciadísima tiene la solera del casco antiguo de Madrid. Pasé muchas horas en casa de una sastra, Tomi, donde me probé cincuenta mil vestidos semanalmente porque entonces trabajaba en el Un, dos, tres, y nos hacían los trajes a medida.
5. Teatro Infanta Isabel. Allí me di cuenta de que no era cantante sino que era intérprete. Sobre estas tablas hice mi primera comedia musical: Las cuatro cartas, basada en La Bohème de Puccini, con libreto de Emilio Aragón y música de Rita Irasema. Siguen programando propuestas interesantes. Pero sobre todo, me gusta pasar frente a su puerta y recordar. Soy muy nostálgica. (Calle del Barquillo, 24).
6. Casa de Campo. Se ha convertido en un lugar en el que paseo con amigos y familiares. Me gusta mucho andar y amo el cielo y la luz de Madrid, es una de las cosas más especiales de esta ciudad. No hay humedad ni bruma como en Barcelona, allí muy pocos días tenemos este cielo.
7. Ouh… Babbo! Este restaurante italiano, cerca de Ópera, se abrió cuando estrenamos Mamma Mia! en 2004. Pertenece a Bruno Squarcia, uno de los actores que empezó conmigo el musical. Él es napolitano y muy purista… Mi plato favorito son los spaguetti agli e olio [con ajo y aceite]. Los jueves por la noche Bruno ofrece una serenata. Mucha gente de la profesión lo frecuenta. (Calle de los Caños del Peral, 2).
8. Mercado de San Miguel. Me gustan mucho los mercados, son lugares especiales. Cuando vi la reforma, flipé, con los nuevos puestos. No soy mucho de salir, pero sí de tomar algo allí. (Plaza de San Miguel, s/n).
9. Café Central. Allí actúa lo mejor de España. Soy una amante del jazz desde los 16 años. En el Central veía a Javier Colina, Perico Sambeat y otros tantos que no son muy conocidos para el gran público pero que son enormes en el jazz. (Plaza del Ángel, 10).
10. La Gran Vía desde Plaza de España. Esa visión de la avenida en ascenso me entusiasma, porque veo las marquesinas donde se están haciendo musicales. Se ha hecho mucho teatro musical en esa calle y a mi me enorgullece. Los productores han sabido fidelizar al público. Ahora la gente viene de fuera a la Gran Vía como quien va a Broadway o al West End de Londres. Además, ahí está el Coliseum, donde hacemos Mamma Mía!
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