En Marea elige cúpula golpeada por una fuerte división
Partidos y mareas locales critican que militantes de fuerzas como Podemos o Esquerda Unida hayan quedado excluidos de la dirección
En Marea, el partido nacido dos meses antes de las elecciones autonómicas del pasado septiembre y que se ha convertido en segunda fuerza en el Parlamento gallego, ha tardado varios meses en elegir cúpula y lo ha hecho en un clima de fuerte división. Tras la votación celebrada el domingo dentro del denominado Consello das Mareas, cuyos miembros fueron elegidos por la militancia en enero, el exjuez Luís Villares, que encabezó la candidatura a la Xunta, ha sido elegido portavoz único, al frente de una coordinadora de 11 miembros en la que no se sienta ningún miembro de fuerzas como Podemos, Esquerda Unida (EU) o Marea Atlántica. La composición de este órgano, equivalente a la ejecutiva de los partidos tradicionales, ha provocado este lunes las críticas públicas de algunos de los más relevantes promotores del partido.
El alcalde de A Coruña por Marea Atlántica, Xulio Ferreiro, ha asegurado este lunes que la elección de la coordinadora de En Marea "rompe una lista de consenso y confluencia" y excluye "sensibilidades mayoritarias”. Ferreiro considera que la composición de la primera dirección del partido –hasta ahora ha contado con una cúpula provisional- “no responde al proyecto político de En Marea tal y como fue concebido en su origen", en alusión a la asamblea constituyente celebrada en Vigo a finales de julio de 2016.
La victoria de Villares se ha producido, paradójicamente, con el rechazo de buena parte de la candidatura que él encabezó en las primarias del partido -denominada Máis Alá y vencedora en aquella votación- y gracias al respaldo de las otras dos listas a las que se enfrentó entonces (Somos Quen y Queremos Participar). Las fricciones internas en En Marea se producen alrededor de dos cuestiones de calado: el modelo de organización y el peso de la cuestión nacional. La coordinadora salida de la votación del domingo está formada por los partidarios de una estructura vertical, semejante a la de los partidos clásicos y en la que Villares aunará en su persona tanto la portavocía orgánica como la del grupo parlamentario, y de corte puramente nacionalista, es decir, reacia al mestizaje con fuerzas estatales como Podemos o Esquerda Unida.
La votación de la coordinadora y portavocía de En Marea en el Consello das Mareas ha dejado patente una división que lleva meses tensando las costuras del partido. Villares recibió el apoyo de 18 integrantes de este órgano; hubo dos abstenciones (la del propio Villares y la de Xosé Manuel Beiras) y tres ausencias; y los 12 miembros restantes decidieron no votar para expresar su oposición.
Ante las críticas recibidas, Villares ha replicado este lunes que "nadie fue excluido", que buscó "hasta el último minuto" el consenso para la elección de la coordinadora y que hizo "una oferta de integración" que "no todo el mundo aceptó". "Parte de los partidos que conforman el espacio de En Marea a veces tienen divisiones internas y eso da lugar a que esas divisiones se intenten trasladar a En Marea", ha esgrimido sobre la ausencia en su coordinadora de Podemos, EU o Anova. "En Marea debe ser autónoma a esas diferencias".
Sobre el hecho de que haya aceptado aunar en su persona tanto la portavocía orgánica como la parlamentaria, una acumulación de cargos que vetaba el documento político que presentó su propia candiatura y con el que ganó las primarias, Villares lo ha justificado como un "gesto" a las otras dos listas minoritarias que sí lo permitían.
Batalla interna
Rafael Dopico, de Anova, en declaraciones recogidas por Europa Press y erigido como portavoz de los críticos con el modelo encabezado por Villares, coincide con el alcalde de A Coruña en que la cúpula elegida “no representa la esencia de la unidad popular” porque excluye, por ejemplo, a Podemos, a Esquerda Unida, y a mareas municipales como Marea Atlántica u Ourense en Común. En el caso de Anova, la formación nacionalista fundada por Beiras cuando abandonó el BNG, la coordinadora de En Marea solo incluye a representantes del sector más reticente al mestizaje con fuerzas no nacionalistas e incluso a una exdiputada autonómica de AGE, Consuelo Martínez, que se escindió del partido por su oposición a las alianzas electorales con Esquerda Unida.
“Se inicia un camino contraproducente para lo que representa el espíritu de la confluencia, los acuerdos de Vigo y la voluntad popular”, ha proclamado Dopico. “Entendemos que, a partir de ahora, toca trabajar por la recuperación de las señales de identidad básicas de En Marea”, ha añadido el representante de los críticos, anunciando así una batalla política interna y animando a los inscritos a la participación en los plenarios y debates políticos “necesarios para reconducir la situación”.
Ferreiro, en la línea de Dopico, ha reprochado al sector de Villares que "el órgano de dirección política de En Marea no es la coordinadora ni el consello, es el plenario, y debe ser en el plenario donde se den las grandes discusiones y con el sentido mayoritario”. La cabeza más visible de Marea Atlántica ha censurado que "18 personas" -los miembros del Consello das Mareas que votaron el domingo la composición de la dirección- cambien "documentos políticos que ganan unas primarias y reciben un apoyo de cientos de personas". "En una organización sana y democrática no debería ocurrir", ha señalado el regidor coruñés.
Otro de los principales promotores del nacimiento de En Marea como partido de adscripción individual, el alcalde de Santiago por Compostela Aberta, Martiño Noriega, ha confesado su "preocupación" por el conflicto, informa Europa Press: "Creo que los órganos de En Marea tienen que reflejar los espacios políticos que representa. Que haya esa distorsión me preocupa".
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