La luna y el Che

Durante muchos meses a finales de los años 70, cada noche, el artista Leandro Katz tomó fotos de las diferentes fases de la luna desde la terraza de su estudio en Nueva York. Luego asoció cada fase a una letra creando así un Alfabeto lunar, como se llama la obra, que incluye la letra eñe. Las diferentes letras se colocaron en un vetusta máquina de escribir. Ese instrumento de ensueño podría hacer un texto de cuartos crecientes y menguantes, de lunas llenas y nuevas, el poema selenita definitivo del que el poeta chino Li Po, que murió ahogado tratando de abrazar el reflejo de la luna en el río, se hubiera enamorado.

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Es solo una de las partes de la exposición El rastro de la gaviota, comisariada por Berta Sichel, que se puede ver en la sala La Principal de la Tabacalera (Embajadores, 51), del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, hasta el 16 de abril. Es la primera exposición individual de Katz (Buenos Aires, 1938) y, además de lo lunar, trata, en ocho series fotográficas y trece obras audiovisuales, otros de los temas preferidos del artista, relacionados con la historia: el legado de los mayas o los acontecimientos que rodearon la muerte de Che Guevara en Bolivia, entre otros.

Por ejemplo, Proyecto Catherwood recoge fotografías de las expediciones arqueológicas a Centroamérica de Stephens y Catherwood. La instalación Tania: máscaras y trofeos indaga en la historia de la mujer más relevante de las guerrillas latinoamericanas, incluyendo su trágica muerte y desaparición. El día que me quieras es un documental en torno a la famosa foto del cadáver de Guevara, tomada por Freddy Alborta, que reflexiona sobre la victoriosa teatralidad de los militares bolivianos y agentes de la CIA que le rodean. Obras que rozan con la documentación histórica o la investigación periodística.