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El PDeCAT encuentra alivio en el fallo del 9-N tras el cerco por el 3%

Mas denuncia que "en el Estado la ley no es igual para todos" y amenaza con acudir a Estrasburgo

Dani Cordero
Puigdemont, entre Junqueras y Romeva, en su respuesta institucional a la sentencia.
Puigdemont, entre Junqueras y Romeva, en su respuesta institucional a la sentencia.ALBERT GARCIA

Artur Mas pasó este lunes de ser una losa para su partido por los casos judiciales que afectan a Convergència a convertirse, de nuevo, en un activo con réditos electorales en el PDeCAT, aunque la sentencia lo inhabilita y él mismo afirmó que respetará “la jurisdicción española”. Fuentes de la formación admitían este lunes el alivio que supone la sentencia tras el cerco por los casos de corrupción. La dirección, que lleva dos semanas marcando distancias con su pasado, se presentó al lado del expresident cuando este dijo que “en el Estado la ley no es igual para todos”.

“El viernes yo hubiera pedido a Mas que abandonara; la sentencia de hoy lo cambia todo y me gustaría que saliera y que dijera que quiere ser candidato”, señalaba este lunes un alto cargo de la Generalitat. “Esta sentencia es muy grave”, destacaron fuentes de la dirección. Aunque el discurso oficial es que no hay tiempo para pensar en otra cosa que no sea el referéndum, el partido tiene asumido que tiene un problema: el vacío existente en su primera línea para afrontar una campaña electoral en otoño con un cartel robusto.

Hace solo unas semanas, un veterano dirigente convergente preveía con más optimismo que certeza: “Yo aún espero que Puigdemont sea el candidato, aunque tenga que rectificar”. Es una señal de impotencia en un partido que, por si tuviera pocos problemas en su día a día, intenta levantar un muro para que el pasado de Mas al frente de Convergència y los casos de corrupción de aquella etapa no malogren los esfuerzos para refundar el partido. Pascal lo dijo el domingo: “Estamos construyendo un partido con una alta exigencia ética”.

Agotar los recursos

El pasado viernes, Mas se negó a abandonar la política pese a los casos que vinculan la corrupción con su etapa en la dirección de Convergència. Este lunes, si bien afirmó que respetará la “jurisdicción española”, lo hizo admitiendo que agotará los recursos ante el Tribunal Supremo y el Constitucional, que cree que no darán resultado, con el objetivo único de poder llevar su caso, y el proceso político catalán, al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo. Es la internacionalización del conflicto que también persigue Puigdemont.

En el PDeCAT hay una mayoría que cree que se firmará la convocatoria del referéndum, pero no están tan seguros cuando se trata del hecho de la celebración de la consulta independentista. Y eso arrojará un adelanto electoral en el que el PDeCAT parte con unas encuestas desfavorables frente a ERC.

Sin el ADN independentista de toda la vida, ni un líder consolidado como es Oriol Junqueras, la formación de Mas solo tiene una baza que explotar ante Esquerra Republicana en los meses que quedan para las elecciones: primero la imputación de sus cargos políticos por su participación en el 9-N y, desde este lunes, la condena de Mas e Irene Rigau, exconsejera de Enseñanza y actual diputada en el Parlament. Joana Ortega, quien fuera vicepresidenta del Gobierno catalán, es miembro de Unió Democràtica.

Y el fallo contra Mas también sirve de revulsivo al PDeCAT en el seno del Gobierno catalán. Fuentes próximas a ERC admitían la semana pasada, en pleno caso Palau y cuando surgían nuevas novedades del caso 3%, la incomodidad que suponía formar parte de un Ejecutivo en el que está un partido acechado por los casos de corrupción. Recordaba que los republicanos siempre han hecho gala de la expresión “manos limpias”, respecto a que no se les puede imputar ningún delito.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Es integrante de la redacción de EL PAÍS en Barcelona, donde ha desempeñado diferentes roles durante más de diez años. Licenciado en Periodismo por la Universidad Ramon Llull, ha cursado el programa de desarrollo directivo del IESE y ha pasado por las redacciones de 'Ara', 'Público', 'El Mundo' y 'Expansión'. 

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