Puigdemont acusa a Rajoy de desertar de la negociación del referéndum
El president lamenta que el Estado flirtee con los confines de "las costuras democráticas"
Carles Puigdemont recriminó ayer la falta de “coherencia” de Mariano Rajoy de no querer dialogar después de que en el debate de investidura admitiera que el problema catalán era el principal reto de la legislatura. El president afeó al Ejecutivo central su “flirteo” con los confines de las “costuras democráticas” al apelar al artículo 155 de la Constitución “despreciando” a la Generalitat. En un coloquio con la diputada de la CUP Anna Gabriel en el Born Centre Cultural, Puigdemont reiteró que está preparando la logística del referéndum.
Gabriel no haría el referéndum si el Estado "amenaza con el uso de la fuerza"
Gabriel expresó su convicción de que habrá referéndum y avisó que la CUP pedirá anularlo si el Estado “amenaza” de forma clara “con el uso de la fuerza indiscriminada”. “Hemos hecho de observadores internacionales donde la gente iba a votar con soldados y gente armada. No querríamos un referéndum que no fuera libre”, dijo. La diputada, que invitó a Junts pel Sí a pactar qué decisión tomar en ese caso, dijo que el 9-N es un aprendizaje y que no se arredrarán por “una advertencia penal”.
Durante la conversación, organizada por Moment zero y El Punt Avui, el president lamentó la “deserción” del Estado en negociar el referéndum y constató, tres meses después de arrancar la llamada operación diálogo, el escaso interés de Rajoy en la misma. “Lamento esta situación y no me hace feliz. Preferiría asumir las dificultades de tener un Estado que quisiera jugar el partido y competir por ser atractivo. No me gusta esta deserción pero para nosotros la ventana [la del diálogo] sigue abierta”. Gabriel le espetó entonces: “Nosotros sabríamos si se está dialogando ¿no?“, le preguntó. “Yo también lo sabría”, replicó el president en medio de las risas de los asistentes. No fue ese único reproche al Estado: dijo que Jueces para la Democracia ha enviado a la ONU un informe sobre los déficits de la justicia, y que si Cataluña fuera independiente acogería a muchos más refugiados que España
Fue un coloquio amable en el que ambos políticos subrayaron que les aúna es su voluntad de celebrar el referéndum con una pregunta binaria y clara. “Para que no haga falta una Ley de Claridad como la del Quebec”, destacó el president aunque Gabriel apuntó que quizá les separe si se debe interpelar por Estado o por República. No se abordó que la CUP se ha sentido chantajeada con las cuentas ni la petición de dimisión del consejero de Sanidad ni sus dudas sobre la lealtad del consejero del Interior, Jordi Jané con el procés.
En todo caso, Puigdemont dio por seguro que los Presupuestos se aprobarán —“la CUP se ha comprometido”— y sostuvo que, pese a las tensiones que han vivido, las diferencias son “sanas” en democracia. Gabriel no las consideró tanto y recordó que la Generalitat se ha endeudado, recortado “y dado la espalda a la gente de este país y eso no debería haber pasado”. Por ello, mantendrán enmiendas vivas hasta el Pleno.
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