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Rock / Cage The Elephant

Purita vida

El estreno madrileño del quinteto yanqui se convierte en estallido de felicidad y desparpajo juvenil

El grupo Cage the elephant en el festival de Lollapalooza.
El grupo Cage the elephant en el festival de Lollapalooza.Getty

En Kentucky achicharran pollos pero no se caracterizan por la puntualidad. Hubo que esperar hasta las 21.25 para que los chicos de Cage The Elephant, debutantes en Madrid, asomaran anoche la patita (de paquidermo) por La Riviera. No importó: a los 30 segundos de comprobar las evoluciones de su cantante ya se lo habíamos perdonado todo. Matthew Shultz apenas superará los 50 kilos, pero sus convulsiones por todo el escenario hacen temer que se nos descuajeringue. Es furia. Es espectáculo. Es energía desatada. Purita vida.

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Tendemos a pensar en los Elephant como unos Black Keys posadolescentes, más aún desde que integran la escuadra de bandas producidas por Dan Auerbach. En realidad, puede que estos jovencitos irredentos se remonten mucho más atrás a la hora de concebir sus artefactos eléctricos. La espléndida 'Spiderhead' recordaba ayer a The Stooges pasados por el filtro del Bowie de 'The Jean Genie'. Y 'Take ir or leave it', de vocación bailonga y un irresistible estribillo con 'paradiña', entronca con aquellos Arctic Monkeys avivados por la llama de Josh Homme. Son referencias siempre pegadizas y espídicas, como ese 'Trouble' para la excitación colectiva. Rock sexy, chuleta, carota: nacido en el garaje con el indisimulado propósito de conquistar la pista de baile.

La economía sigue poco boyante para la chavalería por debajo de los 30, lo que probablemente contribuya a explicar la modesta media entrada de anoche. Pero el ejercicio de rock expeditivo dejó no pocas cinturas baldadas en el local. Docenas de brazos que apuntaban hacia el cielo, chicas rubias a hombros, achuchones varios entre extraños y propios. Y al final, por fortuna, a Matthew no se le descoyuntó nada. La felicidad completa.

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