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Pepa Plana, un ángel de la guarda marino

La payasa aborda el drama migratorio en ‘Paradís Pintat’, obra en la que colabora con la ONG Proactiva Open Arms

La payasa Pepa Plana en su papel de ángel en la obra 'Paradís Pintat'.
La payasa Pepa Plana en su papel de ángel en la obra 'Paradís Pintat'.

La payasa Pepa Plana se convierte en un ángel de la guarda de los migrantes en Paradís Pintat, un montaje en el que aborda el drama de los refugiados. La artista, que obtuvo en 2014 el Premio Nacional de Cultura otorgado por la Generalitat, defiende que el arte no debe quedarse al margen de lo que ocurre afuera de las salas de teatro. También sostiene que no podía quedarse callada ante la terrible deriva del mundo.

La clown para adultos quiere sacudir al espectador con una obra vestida de poesía en la que combina guiños divertidos con la cara más trágica de la realidad. “¡Cómo está el mundo que a los payasos ya no nos toca solamente hacer reír al espectador, sino también hacerles llorar!”, exclamó Plana el martes en Barcelona.

En la obra, que se representa en la Sala Muntaner hasta el 19 de febrero, la payasa encarna a un angelito pintado en un cuadro. El espectador lo reconocerá enseguida porque este ser sobrenatural se mueve en un escenario muy cotidiano: Uno de esos bufetes tan comunes de casa de los abuelos o de los familiares más mayores en los que siempre hay un mantel de ganchillo, una cajita de música, un cojín de bolas y un cuadro lleno de ángeles. Plana es una de estas criaturas celestiales. Pero quiere más. Desea ser un superhéroe. “Mi personaje quiere ser un ángel de la guarda y lo intenta, aunque no puede alzar el vuelo. Descubre que es más fácil nadar”, relató Plana. La payasa actúa en solitario e intenta hablar lo menos posible en la función. Una voz en off de un hombre, “no quiero llamarle Dios”, admitió la artista, guía al espectador.

Tras intentos infructuosos, el personaje descubrirá que la realidad y el paraíso no son como se los había imaginado. El director y dramaturgo Ferruccio Cainero dirige por primera vez a la payasa, que ha actuado en todo el mundo, también con el Cirque du Soleil.

Cainero, gran conocedor de la Commedia dell'Arte, dice que la artista transmite todo su potencial “rebelde, femenino y ligero” en la obra para realizar una abstracción poética de una realidad muy dura. Plana decide dejar su vida plácida y saltar del cuadro para pasar a la acción. Y lo hace sin desprenderse de su característica nariz roja.

“Es un ángel de la guarda del mar, de ese mar que acumula tantos y tantos ahogados. Este Mediterráneo es un cementerio. No hablamos de un drama concreto, tocando a una estamos hablando de todas las víctimas del mundo. Si no hacemos reír, los payasos no existimos. Pero a la vez doy un puñetazo al espectador”, defendió la protagonista. “La obra es un grito: ¿Qué estamos haciendo? ¿Nos quedamos pintados o salimos del cuadro y hacemos alguna cosa? El espectáculo invita a salir del paraíso. Es esperanzador”, añadió la payasa sobre el montaje, que se estrenó en el Festival Grec.

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Las migraciones son un ámbito recurrente en los trabajos de Plana. En 2011 la payasa ya escenificó Èxode, sobre la Guerra Civil. Paradís Pintat incluye recursos visuales del estudio Nueveojos. La clown también se ha aliado con la ONG de salvamento marítimo Proactiva Open Arms, que tiene dos misiones de rescate de personas refugiadas en el Mediterráneo central y en Lesbos. La recaudación de la función del 1 de febrero se destinará a la ONG.

Todas las funciones, además, contarán con una fila cero para el proyecto solidario del socorrista Óscar Camps. “Es tan importante intervenir como sensibilizar. Lo que hacemos es muy duro, emotivo y dramático. Primero te indignas, luego de levantas y luego pasas a la acción”, opinó Camps.

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