La procesada por una manifestación feminista niega que quisiera ofender
“Fue a favor de la libertad sexual de las mujeres”, afirma Elisa Mandillo
Elisa Mandillo, de 31 años, tiene una reconocida trayectoria como feminista en Málaga. El 8 de marzo de 2013, Día Internacional de la Mujer, participó en la procesión del santo chumino rebelde, una vagina gigante que recorrió las calles de la ciudad en un desfile con los ornamentos con los que se acompaña a las imágenes de la Virgen en los tronos de Semana Santa. Su presencia en esta marcha la sentará en el banquillo de los acusados tras una denuncia de la Asociación de Abogados Cristianos. “La pretensión no era herir los sentimientos religiosos (…) No pensaba que podía ofender”, afirma. “La manifestación fue a favor de la libertad reproductiva y sexual de las mujeres”, añade.
La concentración se produjo en una etapa en la que las protestas por la ley del aborto planteada por el exministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón eran habituales. Mandillo enmarca el acto en ese contexto. Subraya que ni tuvo intención de ofender ni fue la promotora de la marcha. “Soy feminista y voy a las manifestaciones feministas”, explica a este periódico. Tiene dos familiares sacerdotes, uno ya fallecido. Cuenta también con amigos “creyentes y católicos” que se implican activamente en la Semana Santa de Málaga y que “no se han sentido” insultados o afectados por lo que ocurrió ese día.
La Asociación de Abogados Cristianos presentó una denuncia poco después de la marcha, aunque fue inicialmente archivada porque no se identificó a nadie vinculado a la iniciativa. El colectivo recurrió y el nombre de Mandillo salió a escena tras coger visibilidad pública porque en las últimas elecciones municipales ocupó el puesto seis de la lista del grupo Málaga Ahora, vinculado a Podemos. No forma parte de ningún círculo de esta formación. Declaró en marzo del año pasado ante el juez instructor, Juan Francisco Ramírez, que a principios de diciembre decretó la apertura de juicio oral contra ella.
La fiscalía pide para Mandillo una multa de 3.000 euros por un presunto delito contra los sentimientos religiosos, al entender que junto a “otras personas que no han sido identificadas” pretendieron “hacer mofa de los símbolos y dogmas más sagrados para quienes profesan la religión católica”. Además de los elementos estéticos que acompañaban la vagina, se leyó un texto que imitaba “en su estructura y formato” al credo católico y una oración que emulaba el Ave María. Hay un video de la procesión en el que se ve a Mandillo. “Salgo un minuto leyendo”, se defiende. Es decir, asegura que no tuvo una participación “destacada” en la comitiva.
La acusación particular, a ese delito, suma otro por presunta provocación a la discriminación, al odio y a la violencia, por el que solicita para la acusada un año de cárcel y multa. Mandillo califica esto de “cómico”. Insiste de nuevo en que no tuvo ánimo de ofender. “Tengo el derecho a manifestarme y el de la libertad de expresión, recogidos por la Constitución”, subraya. Recuerda, además, que el Juzgado de Instrucción 10 de Sevilla, que tomó declaración a tres feministas hace unos meses por hechos similares, archivó la causa porque no vio infracción penal. “El no creer en los dogmas de una religión y manifestarlo públicamente entra dentro de la libertad de expresión”, exponía, entre otros argumentos, el auto de la magistrada Pilar Ordóñez.
Mandillo apunta que la respuesta de la gente en la calle, al paso del desfile, “no fue hostil” en general. Hubo “una señora que se molestó e increpó”, rememora. “Comprendo que alguien se pudiera sentir ofendido; a mí me ofenden también muchas cosas, como feminista, cada vez que pongo la tele, pero no por eso voy denunciando”, asevera. Otra cosa es que tuviera intención de insultar o difamar, algo que rechaza. Espera quedar absuelta en la vista oral, pendiente de fecha, y cita los casos de Rita Maestre, portavoz del gobierno municipal de Madrid, y del fallecido Javier Krahe, libre de cargos tras sentarse en el banquillo por unas imágenes grabadas por él y otras personas en 1977 en las que se cocinaba un Cristo.
¿Lo volvería a hacer? “¿Manifestarme a favor de los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres? Sí, siempre”, contesta. Así se lo dijo al juez instructor cuando le preguntó.
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