Protesta policial en Barcelona en contra de la politización de su labor
Los agentes piden "dignidad policial" y "respeto institucional" a los dirigentes políticos, en especial a la CUP
Más de 1.500 mossos d’esquadra y guardias urbanos recorrieron este martes el centro de Barcelona, en una marcha en la que exigieron que se saque del debate político su trabajo. “Que no nos usen para obtener réditos electorales”, proclamaron. Nadie mencionó a la CUP en la protesta, aunque en los carteles, de forma explícita, y en el espíritu de la marcha, de manera velada, había una crítica a los anticapitalistas. Los agentes consideran que la CUP cuestiona sus actuaciones.
La marcha, convocada por una plataforma unitaria de varias policías, arrancó a las seis de la tarde de la plaza de Universitat. Diversos agentes cargaron un ataúd, con gorras de Mossos, Policía Nacional, Guardia Urbana y Guardia Civil. Escenificaban “la muerte de la dignidad policial”. Vestidos de negro, con una pegatina naranja donde se podía leer “policía”, los funcionarios recorrieron el centro de Barcelona, entre el asombro de los transeúntes. “¿Esto qué es? Yo solo quiero cruzar e ir al Hard Rock Café”, pedía una turista. A su lado, una pareja de japoneses grababa la escena, absorta.
Al llegar a la plaza de Sant Jaume, donde tienen la sede el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat, los policías silbaron y aplaudieron. En la fachada del Consistorio de Ada Colau los agentes gritaron “¡fuera!” a todo pulmón. Allí descargaron el ataúd, leyeron un comunicado y se dispersaron.
Ya son cerca de un millar entre @mossos y @barcelona_GUB en plaza Universitat. Piden dignidad y respeto policial https://t.co/NH3baGxPBz pic.twitter.com/6CYwP9tokL
— Rebeca Carranco (@RebecaCarranco) January 17, 2017
En ningún momento se mencionó a la CUP, aunque en la convocatoria los sindicatos hablaban del “acoso constante a la Guardia Urbana y policía en general e impunidad delictiva por parte de miembros de la CUP”. También se hacía referencia a un ataque “de una treintena de radicales de la CUP” a la Guardia Civil en Manresa.
Los policías pidieron mejoras en las condiciones de su trabajo, más garantías jurídicas y más coordinación. Algo que resumieron bajo el lema: “Todos unidos por a dignidad, el respeto y la seguridad. Servimos y protegemos a los ciudadanos. Basta ya!!!”. “Pegar a un policía no puede costar menos que aparcar en doble fila”, se repetía desde un megáfono instalado en la furgoneta que abría la manifestación.
La protesta provocó tensiones entre los sindicatos policiales. Dos de los mayoritarios de los Mossos —SAP y SME— se desmarcaron de la manifestación. SAP nunca tuvo la intención de apoyarla y SME decidió finalmente no unirse por motivos de seguridad. Un argumento que también alegó CSIF.
La última vez que una manifestación de policías recorrió Barcelona con motivos similares fue en 2007. Pedían también entonces “dignidad policial” y participaron unos 4.000 mossos, que protestaron contra el ecosocialista Joan Saura, que dirigía el Departamento de Interior de la Generalitat.
La CUP pide que se investigue un tuit sindical
La CUP pidió este martes a través de Twitter que se investigue a un sindicato minoritario de los Mossos, USPAC. Desde su cuenta en la red social, el sindicato colgó una imagen en la que se podía ver a un policía antidisturbios usando la defensa y, al lado, las siglas APAB y su significado en inglés "all perroflautas are bastards". Así convocaban a la manifestación. El sindicato hizo su propia versión del acrónimo ACAB —All cops are bastards, todos los policías son unos bastardos, en inglés— que se usa para insultar a la policía. USPAC borró el tuit y alegó que se colgó por error.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.