La decana de Torrejón cierra por falta de salubridad el juzgado de Violencia contra la mujer
El edificio sufrió un incendio y los empleados padecen desde entonces dolores de cabeza y picor de ojos
La decana del Partido Judicial de Torrejón de Ardoz, Raquel Rodríguez Gómez, ha decidido hoy cerrar preventivamente el juzgado de Violencia contra la Mujer y de Primera Instancia número 5 de este municipio del este de la Comunidad de Madrid. Temen que las condiciones del edificio estén dañando la salud de los trabajadores tras el incendio que se produjo el pasado 11 de enero. Varios empleados padecen desde entonces dolores de cabeza y picor de ojos y garganta, asegura el escrito firmado por la decana.
El Gobierno regional, responsable de las instalaciones judiciales, aseguró ayer a las autoridades judiciales en un correo electrónico que, tras las reparaciones hechas durante el fin de semana de los daños causados por el incendio —se han sustituido placas del falso techo y conductos quemados, se han sustituido filtros del aire, entre otros trabajos—, "no queda en el local elemento alguno que pueda motivar la emisión de partículas contaminantes ni olores, (…). En este momento no se percibe olor a quemado ni existe sensación de picor en los ojos u otra deficiencia en la calidad del aire en ninguna dependencia", según el Decanato de Torrejón. Tras el cierre decretado hoy, sin embargo, varios técnicos de la Dirección General de Protección Ciudadana, de bomberos y de Justicia se han desplazado al lugar para evaluar la situación, asegura una portavoz de la Consejería de Presidencia. Esperan tener un diagnóstico esta tarde y poder solucionar la situación lo antes posible.
Porque el hecho es que los síntomas de irritación y dolores de cabeza persisten entre los trabajadores del juzgado ubicado en la calle Granados, 18, de Torrejón de Ardoz —en torno a una veintena, según el sindicato Csif—. Así lo pudo comprobar la Policía Local en una visita hecha ayer por la tarde, según el escrito de la decana. Este cita el acta levantada por los agentes, que aseguran que a los escasos 30 minutos de estar en el lugar sufrieron un “leve dolor de cabeza, picor en garganta y ojos”, unos síntomas similares a los que estaban padeciendo los empleados del juzgado. De hecho, el servicio médico tuvo que atender a una trabajadora con ojos rojos, presión en la cabeza y dolor de garganta.
A pesar de ello, la juez titular del Juzgado de Violencia contra la Mujer ha abierto las puertas, para iniciar la actividad de forma normal, esta mañana al 8.00 al comprobar que, aparentemente, la calidad del aire había mejorado. Sin embargo, apenas tres cuartos de hora después, han reaparecido los síntomas de irritación, por lo que "se ha decidido cesar la actividad en evitación de todo perjuicio a trabajadores y usuarios".
Los asuntos urgentes del Juzgado de Violencia sobre la Mujer y de Primera Instancia número 5 se han trasladado al Juzgado de Primera Instancia número 1 de la localidad. La decana reclama a la Dirección General de Justicia de la Comunidad de Madrid que habilite unas dependencias adecuadas para trasladar la actividad hasta que se solucionen los problemas, pues no piensa reabrir el juzgado hasta que "se realice informe que descarte que las condiciones medioambientales puedan llegar a suponer un riesgo para la salud de los trabajadores y usuarios de la sede judicial".
Un bajo comercial
Inés Cornide, del área de Justicia del sindicato Csif, explica que la sede clausurada no está específicamente diseñada como juzgado, sino que se trata de un bajo comercial de un edificio de viviendas. Unas instalaciones, continúa, "con pasillos estrechos y laberínticos" en los que, además, la salida de emergencia "suele estar cerrada", asegura, pues da a los calabozos y al garaje del edificio. "Es otro ejemplo de las condiciones pésimas en las que están las sedes judiciales de la Comunidad de Madrid", mientras la "Consejería de Presidencia y Justicia no hacen nada para mejorarlas", se queja. El incendio del pasado 11 de enero no activó las alarmas, asegura.
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