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Los chinos, los extranjeros que más vivienda compran en Barcelona

La demanda externa subió un 22% en el primer semestre de 2016, un factor que hace aumentar los precios de la compra y el alquiler

Josep Catà

El mercado inmobiliario en Barcelona empieza dispararse otra vez: según cifras oficiales, el alquiler cuesta, de media, 774 euros (un aumento del 8% en seis meses), mientras que, según el índice Tinsa presentado este viernes, el precio de compra ha subido un 11% en un año. Una de las causas, según los expertos, es el incremento de la compra extranjera, y en este terreno ganan los chinos. De las 1.805 compraventas que realizaron los extranjeros en la provincia de Barcelona en 2015, 449 eran chinas. Los datos aportados por el observatorio de vivienda vacacional Shario.org en una conferencia en el IESE, que se basan en las cifras que manejan los registradores de la propiedad, indican que la demanda exterior en la capital catalana y alrededores va en aumento: entre 2013 y 2015 subió un 41%, y en los seis primeros meses de 2016 lo hizo otro 22%.

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La compra extranjera, que supone un 15% del total del mercado inmobiliario barcelonés según los datos presentados por Shario.org, está ahora protagonizada por los inversores chinos, que cuentan en la ciudad con inmobiliarias especializadas en pisos de lujo y dirigidas a esta nacionalidad. En 2015, los compradores chinos superaron a los franceses al crecer un 62%. El tercer y cuarto lugar corresponde a los italianos y a los británicos, mientras que la demanda rusa disminuyó un 29%. José Luis Suárez, profesor en IESE Business School, explica que "los chinos han escalado posiciones por la caída de británicos y rusos, pero también porque tienen su propia dinámica: antes invertían fuera de China solo las grandes fortunas y los inmigrantes laborales, ahora lo hace también la clase media-alta".

En la zona del Paseo de Sant Joan se encuentran dos de las inmobiliarias especializadas en clientes chinos que quieren invertir en Barcelona. La página web de una de ellas, Jilong, está casi toda presentada en chino y ofrece pisos de alquiler y de compra. La otra, Nar International Business, recibe al potencial vendedor con eslóganes como "China en buenas manos" o "achinarse". El objetivo de esta inmobiliaria es ofrecer pisos y chalés de lujo en Barcelona y Maresme a compradores chinos. Chuanyi Lin, trabajador en Nar, explica que la mayoría de los chinos vienen con la intención de invertir a largo plazo: "Aproximadamente, uno de cada cinco residen en las viviendas que compran, los otros las alquilan o vienen una vez al año para descansar de la contaminación de las grandes ciudades chinas". Los compradores vienen principalmente de Pequín, Shanghái y otras ciudades de la costa.

"Casi todos vienen motivados por la Golden Visa, para poder viajar por Europa sin problemas", explica Lin. El Gobierno, desde 2013, concede este permiso de residencia a los extranjeros que invierten en una o más viviendas por un valor mínimo de 500.000 euros. "Algunos de ellos visitan poco, o nada, su propiedad", añade José Luis Suárez. Más allá de la obtención del pasaporte español para los inversores de lujo, el profesor de IESE tiene claro que "Barcelona se ha convertido en un Urban Resort: un sitio con atractivo vacacional que cuenta con todas las comodidades de una ciudad de entidad".

Subida de precios

Entre los extranjeros que deciden invertir en la capital catalana, detalla Suárez, también se encuentran los jubilados que pasan aquí la mayor parte del tiempo; los compradores de alto poder adquisitivo que alternan viviendas de lujo y pasan pocos días en la ciudad; o los que tienen su familia en Barcelona y van y vienen de su lugar de trabajo. "Este fenómeno también ocurre en otras ciudades como Lisboa", añade. El clima y la calidad de vida de Barcelona no son ajenos a las decisiones del comprador: el director de Shario.org, Mark Stucklin, considera que "inmigrantes que ya viven aquí o compradores del norte de Europa y de EEUU buscan una segunda residencia en una zona que ofrece sol, playa, cultura, shopping o un modelo de educación y sanidad asequible".

El estudio presentado en IESE concluye que los compradores prefieren barrios como el Eixample, Ciutat Vella o las zonas cercanas a la playa como el Poblenou. Según la inmobiliaria Engels & Völkers, un 75% de sus ventas en el Eixample son a compradores extranjeros, un barrio en el que, por el tamaño y la calidad de los pisos, la presencia de compradores extranjeros ha hecho que suban los precios de compra y alquiler.

“La demanda extranjera llevó los precios de algunas zonas del Eixample a unos 8.000 euros por metro cuadrado, lo que se sale del poder adquisitivo del barcelonés medio”, explica Suárez. Este fenómeno ocurre en otras ciudades europeas, siendo Londres el caso más extremo, donde los residentes se han visto obligados a desplazarse lejos del centro al no encontrar viviendas asequibles. "Esta subida de precios requerirá una política de vivienda que asegure que los trabajadores claves no tengan que ir a vivir a zonas muy alejadas de su lugar de trabajo", concluye Suárez.

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Sobre la firma

Josep Catà
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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