La falta de público lleva a Open Camp a pedir ayuda al Ayuntamiento
El parque temático del deporte en Montjuïc ha rebajado la entrada de 28 a 20 euros
Open Camp nació con el objetivo de aprovechar las instalaciones olímpicas de Barcelona en Montjuïc y crear un parque temático del deporte en el que, sumando espacios y tecnología, los visitantes pueden competir en atletismo, futbol, boxeo, baloncesto, béisbol, motociclismo... Pero a Open Camp, abierto en junio, le falta público y ha pedido ayuda al Ayuntamiento. En 86 días de apertura, el público —que puede acceder al recinto sin participar en las pruebas— ha aumentado, pero no en la misma proporción la venta de entradas para practicar los deportes, cuyo precio se ha ajustado de 28 euros iniciales a 20.
Open Camp también ha reducido la cifra de personal, que eran 360 personas al abrir. Hay menos gente en las oficinas y no se renueva a los monitores que se dan de baja. El director general e impulsor de OpenCamp, Paco Medina, insiste en la idea de que el parque apenas lleva 100 días abierto y que está “ajustando sus necesidades” porque “el posicionamiento es progresivo”.
Ahora abre de jueves a domingo. El público de los jueves y viernes son escuelas o empresas que hacen jornadas para cohesionar a sus trabajadores, los llamados team buildings; y los fines de semana el público es familiar. Como todos los parques de ocio, cerrará pasada la Navidad y volverá a abrir en marzo.
Open Camp es un proyecto de capital 100% privado cuyos inversores son una veintena de particulares y empresas que desembolsaron 13,6 millones para ponerlo en marcha. Pagan un canon a la empresa municipal BSM, que gestiona el recinto. Pero no recibe aportaciones públicas, aunque está previsto que pague un canon de 36 millones al Ayuntamiento en cinco años. De ahí que sus responsables se hayan dirigido a BSM, propiedad del Ayuntamiento, que explora las vías para apoyarles, explican fuentes municipales.
La dirección del parque explica que necesitan más tiempo y promoción: fondos o espacios publicitarios para dar a conocer el parque. Su impulsor insiste en que el proyecto tiene una altísima valoración: “La valoración es excelente, tiene el sello de Excelencia Turística de la UE, es el que mejor nota saca en TripAdvisor, Google o Facebook... hemos pasado de 2.800 visitantes cuando abrimos en junio a más de 5.000 ahora, el parque crece, pero no lo suficiente”.
El director señala que la apertura de este parque ha permitido dar acceso al público y en algunos casos poner al día muchas áreas del Anillo Olímpico que “llevaban 22 años cerradas”. Sobre la venta de entradas, las cifras son confusas. Se venden entre 550 y 600 entradas diarias, pero de los 28 euros iniciales del ticket que da derecho a hacer todas las pruebas, se ha pasado a 20 euros; y se han creado nuevas tarifas para acompañantes o visitantes que solo tienen tiempo para hacer una prueba, como es el caso de muchos turistas, explica Medina. Una de las nuevas entradas que más se vende bien cuesta cinco euros.
Además de las entradas, el parque ingresa una parte de la recaudación de las tiendas y los puestos de restauración que hay en el recinto. De ahí que cuente a las personas que no pagan pero entran como visitantes del conjunto. Solo en el Estadio, la inversión en los espacios, con tecnología punta, fue de 6,3 millones. El parque se extiende por todo el anillo Olímpico y también se pueden hacer pruebas en las instalaciones de béisbol o en la torre de comunicaciones que hay junto al Sant Jordi.
En primavera del año pasado, antes de inaugurar el parque, sus promotores aseguraron que un estudio elaborado por la Universidad Pompeu Fabra, estimaba que el impacto del parque en Barcelona sería de 65 millones de euros.
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