El final del ferry Barcelona-Sitges

La aventura del ferry que conectaba Barcelona con Sitges no duró ni un verano. El pasado abril, la empresa BlueMar Ferries inauguraba la primera línea diaria con viajes a 17 euros y se presentaba como alternativa al tren y a la autopista tanto para turistas como para residentes. En medio del verano, y tras comprobar que la oferta no tenía éxito, la compañía canceló los trayectos y buscó comprador para el único activo del negocio, el catamarán BlueCat. Una empresa coreana lo ha adquirido por 3,3 millones de euros. Sin embargo, en todo este proceso, la empresa no despidió a los trabajadores, a los que tampoco abonó las nóminas desde junio.

Unos treinta trabajadores de BlueMar Ferries denuncian que el dinero del barco no se ha usado para pagar ni los sueldos ni las indemnizaciones. Los trabajadores afectados, que mantienen una demanda judicial con la empresa a través del Colectivo Ronda, se encuentran en una situación ambigua, pues aunque la actividad de BlueMar Ferries se ha paralizado, la empresa no les paga ni los despide, por lo que tampoco pueden acceder a la prestación de desempleo.

Ana Tomé, abogada del Colectivo que asesora a la plantilla en este conflicto, lamenta que el juzgado no escuchara la petición de embargar preventivamente el barco de la empresa, pues era el único activo de valor de la compañía, y por lo tanto, la única garantía de pago de la deuda."En estos momentos, la empresa no tiene actividad para generar ingresos ni tampoco tiene activos que se puedan liquidar para conseguir fondos y pagar la deuda, pero por otro lado anuncia que comprará otra embarcación para retomar el servicio", argumenta en un comunicado el Colectivo.

La compañía ha hecho público en distintas ocasiones que pretende seguir con su actividad en Sitges con una embarcación de características más modestas o trasladando el negocio a la zona del estrecho de Gibraltar, para operar en la línea entre Algeciras y Ceuta.