La cena está servida en la Sala Muntaner
Joan Ollé traza un recorrido gastronómico por la literatura y la música
La receta de Herman Melville en Moby Dick para cocinar una ballena, la fórmula gastronómica de Leonardo Da Vinci para envenenar a un comensal durante un banquete, o el himno a la paella de Manuel Vázquez Montalbán. Estos platos tan dispares forman parte del menú que se sirve estos días en la Sala Muntaner. Hay más de cien combinaciones, algunas tan sibaritas como las que incluyen los alimentos más lujosos utilizados en la corte de Luis XIV. Las recetas forman parte de Delikatessen,espectáculo culinario de Joan Ollé en el que se ponen en valor manjares de todos los tiempos.
La obra, interpretada por la compañía de Lleida La Remoreu Teatre, transcurre en el comedor de un restaurante de postín. Cuatro comensales departen entretenidos en diferentes mesas y, en el centro de los manteles, un pianista ameniza la velada a la espera de que empiece la cena y el desfile de platos. El escenario del teatro acaba convertido en un restaurante de renombre. La obra es un recorrido por la gastronomía a través de la literatura. "Organicé diversos textos que teóricamente no tienen en común nada más que el tema del que tratan, la comida. Los enlacé de manera divertida. Son juegos de palabras, un divertimento entre poesía y tontería que me recuerda un poco a la estética del programa de televisión L'illa del tresor de Joan Barril", detalló el creador de Delikatessen, que conducía junto a Barril el programa de TV3.
Los actores Ferran Aixalà, que ejerce de pianista, así como Sandra Pujol, Marta Rosell, Clara Olmo y Eduard Muntada interpretan el montaje. La obra se representa en la Sala Muntaner hasta el 11 de diciembre. La compañía actúa sin dejar de lado su dialecto leridano, algo muy positivo y un tanto exótico para el panorama escénico barcelonés, cree Ollé, donde aún predomina, dice, un acento homogéneo del catalán. "Por diversas cuestiones la gente de Lleida acostumbra a quedarse allí haciendo teatro. Pero no habrá normalización hasta que no se organice un Hamlet en leridano. Lo reivindico".
El germen de Delikatessen se encuentra en un espectáculo que organizó Ollé durante el festival Temporada Alta de 2013. En aquella ocasión el festival le hizo el encargo para celebrar las tres estrellas Michelin del restaurante El Celler de Can Roca. La obra solo se representó un día. "Algunos materiales de Delikatessen son los mismos, pero no tiene nada que ver lo uno con lo otro. Lo que hicimos en Temporada Alta no fue una puesta en escena sino una lectura de diferentes textos", explica Ollé. "En la Sala Muntaner hay una cata de muchas literaturas, como si se sirviesen entrantes, primeros platos y postre".
Los textos del montaje son diversos. Están presentes desde fragmentos de la Biblia hasta la receta para preparar un asado de gato del libro de cocina medieval de Mestre Robert. También la magdalena de Marcel Proust o el huevo duro al que hace referencia Jacques Prévert en el poema La grasse matinée ("Es terrible / el leve ruido del huevo duro / cascado contra el estaño de un mostrador / es terrible ese ruido / cuando resuena en la memoria / de un hombre que pasa hambre"). En paralelo, La Remoreu Teatre sirve a los espectadores palabras sobre el volumen El que hem menjat, de Pla. También referencias sobre el pan con tomate escritas por Martí i Pol, y prosas sobre gastronomía de Unamuno, Barthes, Julio Camba o Vicent Andrés Estellés. Otros textos son anónimos, como una receta caníbal.
Además, la música y el baile están muy presentes en Delikatessen. El espectáculo está regado con música en directo. Suenan desde cantos gregorianos a Andrea Bocelli pasando por canciones populares de las Tierras del Ebro, músicas italianas actuales y temas como El cocidito madrileño de Pepe Blanco y Manolo Escobar. En total, se sirven más de 100 platos figurados que demuestran, más que nunca, que el arte del buen comer ha preocupado siempre a escritores y artistas.
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