Tossa de Mar espera para pronunciarse sobre el puerto
El municipio debía celebrar este domingo una consulta anulada por un juez para decidirse
A partir del otoño, en Tossa de Mar (La Selva) se hace muy evidente que el verano queda ya muy lejos. Durante los meses de sol los turistas llegan por la carretera de curvas, llenan la calle comercial y en la playa no cabe un alfiler, pero en invierno casi todos los restaurantes de primera línea de mar están cerrados, así como las tiendas de recuerdos. Para algunos vecinos, la posibilidad de construir un puerto deportivo de 453 amarres en la zona de Es Cars, junto a la muralla de la Vila Vella, y de urbanizar esa zona virgen con un hotel de cinco estrellas y cuatro chalets, podría alargar los meses de turismo y traer más vida al pueblo. La suspensión, a petición de la Delegación del Gobierno, de la consulta a la que estaban convocados hoy los vecinos para decidir sobre esta infraestructura ha dejado estéril el encendido debate existente.
El Ayuntamiento asegura que no se construirá nada sin preguntar, y que están estudiando las fórmulas para volver a convocar la consulta. Los partidarios del sí y del no ya lo tenían todo preparado para la campaña por la consulta sobre el puerto. Más que transeúntes, por las calles abundan los carteles en las calles de “vota no, que no te engañen” o de “Vota sí, tenemos que vivir los doce meses del año”. Las dos campañas tienen alquilados dos grandes locales cada una: en los locales del no, más austeros, hay manifiestos y pancartas; en los del sí, más grandes, se encuentran los eslóganes a favor del puerto en bolsas de tela, pequeñas botellas de agua o bolígrafos.
La alcaldesa, Gisela Saladich (del partido Tossa Unida, que gobierna con una concejal díscola de ERC), explica que habrá que empezar a retirar todos los carteles de campaña: "Estamos suspendidos, tenemos que sacar la publicidad”. Saladich remarca su indignación con el auto del juez, ya que no entiende por qué “en otras localidades como Salt sí se han podido hacer consultas similares, y en cambio aquí no”.
El juzgado de lo contencioso administrativo número 2 de Girona suspendió cautelarmente la consulta al entender que esta convocatoria necesitaba de la autorización del Consejo de Ministros. Saladich, el día siguiente de hacer pública la suspensión (la conocía desde el día 7 de noviembre, pero no lo hizo público, aunque unos días después presidió un debate de campaña), achacó la decisión del juez al contexto de las relaciones entre Cataluña y España, aunque admitió que podía tratarse de un defecto de tramitación subsanable.
Los grupos políticos en la oposición, con la exalcaldesa convergente Imma Colom a la cabeza, también lamentan que al final haya sido el Estado el que parase la consulta. No obstante, la misma Colom había pedido la nulidad del referéndum porque consideraba que la pregunta era confusa y que se basaba en un acuerdo alcanzado por el Ayutamiento y los promotores del puerto que no había sido aprobado por el pleno municipal. Para Colom, detrás de la proyección del puerto hay un “pelotazo urbanístico” para recalificar los terrenos de la zona de Es Cars, y considera que no es necesario un puerto de estas características en Tossa.
El presidente de la Asociación de Puertos Deportivos de Cataluña, Tomàs Gallart, tampoco cree que un puerto en Tossa cubra las necesidades del sector: “No necesitamos otro puerto pequeño, necesitamos optimizar los que ya existen y ampliarlos si se puede, como en el caso del de cala Canyelles [entre Lloret de Mar y Tossa]”. En Cataluña hay 47 puertos y 45 de ellos son de titularidad de la Generalitat. La intención del consejero de Territorio, Josep Rull, es que la ley de Puertos vaya en la misma línea que la opinión de Gallart: optimizar los puertos ya existentes y apostar por las marinas de lujo. El proyecto de Tossa implicaría aumentar un 6% el número de amarres catalanes en una sola operación. La red actual tiene 32.988 amarres, de los que el 9% son para embarcaciones con una eslora superior a los 12 metros.
La excusa de urbanizar
Los vecinos de Tossa se muestran sorprendidos por la suspensión de la consulta. 4.583 habitantes mayores de 16 años tenían derecho a participar en la consulta, aunque se habría considerado válida solo con un 15% de participación. “Aunque los del no hagan más ruido, creo que muchos habríamos votado que sí, porque vivimos del turismo y necesitamos que haya más vida en el pueblo”, dice una vecina que prefiere no dar su nombre. “No está bien visto estar a favor del puerto”, añade. Ecologistas y muchos vecinos, como los asociados en Amics de Tossa, están en contra del puerto en cualquier caso, pero lo cierto es que en el pueblo se vive del turismo, y muchos han comprado la idea de que con un puerto la temporada se alargará.
Ante los locales que participan en la campaña pasea un grupo de turistas franceses. En otoño e invierno llegan excursiones reducidas de viajeros jubilados, que se suben a un tren turístico que les lleva a lo más alto de la Vila Vella. En el faro de Tossa, el conductor del trenecito, José Matías, se muestra favorable al puerto siempre que sea verdad que conlleve más trabajo y turistas. “Pero no sé si harán el puerto o si solo es una excusa para urbanizar esa zona, en ese caso no quiero que lo hagan”, añade. Desde el faro se ve perfectamente el lugar donde debería ir el puerto: el mar, picado a estas horas de la tarde, golpea con fuerza los acantilados mientras se pone el sol. “Muchos amigos míos van publicando fotos en Facebook de estas vistas y piden el noal puerto, la verdad es que son bonitas", admite Matías.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.