Las ayudas solo reducen en 5,9 puntos la tasa de pobreza en Cataluña
El efecto de las transferencias sociales en Europa es de 8,6 puntos
El efecto reductor que las ayudas sociales tienen sobre la tasa de riesgo de pobreza en Cataluña ha ido menguando en los dos últimos años y se aleja del nivel de impacto que tienen en el conjunto de Europa. Mientras que en 2013, las prestaciones —sin contar las pensiones— reducían la pobreza en 9,3 puntos, el año pasado lo hicieron en 5,6, casi un 40% menos. Esta es una de las cifras contempladas en el Informe sobre el Estado de los Servicios Sociales en Cataluña 2016, que ayer fue analizado en la reunión semanal del Ejecutivo catalán.
El documento, entre otras cosas, permite poner en contexto algunos de los indicadores sobre necesidad social. Uno de ellos es la tasa de riesgo de pobreza, que mide el número de población que vive bajo un determinado número de ingresos. En 2015, para un hogar unipersonal, el umbral era de 9.667,3 euros. Estadísticamente es posible saber el efecto que tiene sobre esta tasa el pago de las pensiones y otras ayudas sociales, si bien los expertos advierten de que la muestra es muy pequeña para una medición más exacta.
La Generalitat denuncia un recorte del 88% de las partidas sociales del Estado
El Estado ha recortado un 88% sus aportaciones a programas sociales que se ejecutan en Cataluña entre 2011 y 2015. El máximo exponente de ese tijeretazo son las ayudas a la Dependencia, en las que la Generalitat asume el 82% del gasto. La ley establece que las Comunidades Autónomas deben al menos igualar lo que aporte el Estado, pero esto dejaría el sistema bajo mínimos. Ambos datos constan en el Informe sobre el Estado de los Servicios Sociales 2016, un documento que el Gobierno catalán ha analizado este miércoles en su reunión semanal y que próximamente remitirá al Parlament para su debate.
Para la Generalitat, las conclusiones del informe validan su queja de la infrainversión que el Gobierno central está efectuando en Cataluña. Según el documento, desde 2008 11 de los 16 programas cofinanciados por el Estado han sido suprimidos o han quedado sin dotación presupuestaria. Entre ellos se encuentran un plan de atención a personas mayores, otro para familias que sufren una situación especial, o los que afectan a programas específicos para mujeres y el de prevención de maltratos infantiles.
La Generalitat contrapone la reducción de las dotaciones presupuestarias en materia social destinadas a Cataluña con el incremento de las asignaciones presupuestarias que ha protagonizado el Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias, cuyos programas sociales contaron en 2015 con 2.090 millones de euros pese a que estaban previstos 1.845 millones.
Tasa del 19%
El informe del Departamento de Trabajo y Asuntos Sociales indica que el año pasado, antes de todas las transferencias sociales, la tasa de riesgo de pobreza en Cataluña era del 42,1%. Las pensiones lograron reducir en 17,2 puntos esta cifra, lo cual demuestra la gran dependencia de los hogares de esta prestación contributiva. El efecto del resto de las 160 ayudas que tiene en su catálogo el Gobierno catalán es de 5,9 puntos, con lo cual tasa baja hasta el 19%.
Los datos muestran que el efecto de las ayudas sociales se han reducido con respecto a los de 2013 mientras que el de las pensiones ha aumentado. El informe de Trabajo y Asuntos Sociales de 2015 mostraba que hace tres años la tasa de pobreza antes de todas las transferencias era del 44,1%. Las pensiones tuvieron un efecto reductor de 15 puntos y el resto de ayudas de 9,3.
“Estos cambios se podrían explicar porque cada vez más personas se están agrupando con un familiar pensionista. Una hipótesis a mirar si las pensiones juegan un rol más importante en la lucha contra la pobreza que las propias ayudas sociales”, explica el sociólogo Pau Mari-Klose. Las entidades sociales siempre han insistido a la Generalitat en la necesidad de revisar el mapa de prestaciones para compactarlas. El debate sigue sin abordarse.
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