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33 años de ovnis en Cataluña

Defensa permite tener acceso digital a los 16 expedientes que estaban bajo custodia del Estado Mayor del Ejército

Marc Rovira
Parte del informe de un avistamiento en Blanes.
Parte del informe de un avistamiento en Blanes.

Mediodía del 13 de mayo de 1969. Condiciones atmosféricas óptimas en el aeródromo de Reus. El parte meteorológico refiere una visibilidad perfecta a 10 kilómetros a la redonda de la antigua base militar. La torre de control dirige las maniobras de despegue de un Boeing 727, que viaja con destino al aeropuerto alemán de Dusseldorf. A la vez que echa mano de los prismáticos, el controlador de guardia demanda la atención de las otras cinco personas que, junto a él, faenan en los paneles de mando de la torre. Controlador suplente, dos mecánicos y dos soldados tratan de afinar la vista para vislumbrar el “punto brillante e inmóvil” y “de forma circular” que se distingue cerca de la trayectoria del Boeing. La torre ordena al piloto de un ágil biplaza que planea cerca de allí que se acerque hasta el haz de luz para descubrir de qué se trata. El incidente, jamás aclarado, es uno de los 84 expedientes sobre avistamientos de ovnis que ha desclasificado el Ministerio de Defensa.

Son 1.953 páginas de informes que recogen 33 años de episodios similares al de Reus. Los documentos se han guardado bajo custodia de la Sección de Inteligencia del Estado Mayor del Ejército y están repletos de estampaciones que advierten del carácter “confidencial” de la información. La cautela con que se administraban los datos es cosa del pasado y desde esta semana puede consultarse en Internet a través de la Biblioteca Virtual de Defensa.

Cataluña aparece en 16 carpetas. Cada uno de los expedientes incluye un resumen de las circunstancias del avistamiento: lugar, fecha, las consideraciones, las conclusiones y la propuesta de clasificación. Además, se deja constancia del material que acompañó la investigación, esto es, partes meteorológicos, fotografías de los avistamientos, bocetos, dibujos, recortes de prensa y entrevistas de los testigos.

En alguno de los sucesos recogidos, las pruebas gráficas invitan a un sustancial esfuerzo de imaginación. Es el caso, por ejemplo, de un avistamiento hecho en la Costa Brava en pleno mes de agosto de 1982. Desde Blanes un vecino hizo llegar al Cuartel General del Aire un minucioso dossier relatando la visión de un “rosario de luces” en el cielo mientras compartía con otras siete personas una velada en su “ático frente al mar”. “Objeto cilíndrico”, de unos 50 o 100 metros de diámetro y provisto de ventanas, que se desplazaba “haciendo giros sobre sí mismo”, detallaba. El testigo acompañaba su relato de unos dibujos donde se da forma a algo que quiere parecer un platillo volante.

También se puede recuperar el relato un matrimonio de Sant Cugat del Vallès que, de madrugada en la carretera de la Arrabassada, advirtió un objeto volador redondo y que emitía destellos “rojos, verdes y anaranjados”. El Ejército del Aire dio carpetazo al asunto sin investigarlo.

Los aficionados a la ufología refieren que la zona del Tibidabo es un punto de tráfico habitual de los objetos voladores no identificados. Uno de los dossieres más extensos que se puede consultar detalla el aviso dado por el Abad de Montserrat el 23 de febrero de 1971. De hecho, aquella fue una jornada intensa para los controladores de ovnis ya que los avisos se sucedieron desde el mar Cantábrico a Barcelona, pasando por Madrid y Huesca.

Puntos luminosos

El oficial de guardia en el Aeropuerto de Barcelona, agentes de la Guardia Civil de Monistrol, un monje del monasterio de Olesa, el propio Abad de Montserrat y hasta 44 testigos refirieron haber visto un “punto luminoso” de llamativa estela que se precipitaba desde el cielo hasta el suelo a una velocidad de vértigo.

La posterior investigación constató la “existencia real” del suceso. Ahora bien, no se trató de ningún ovni, aclara el informe, sino que el extraño objeto volador era un cohete que había sido lanzado por el Centre d’Essais de Biscarrosse, en las landas francesas.

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