La analítica de las cenizas de Seseña concluye que no son peligrosas
La Consejería de Medio Ambiente comenzará su retirada esta semana tras conocer los resultados
El informe encargado por la Comunidad de Madrid sobre la toxicidad de las cenizas a las que quedaron reducidos los neumáticos acumulados en su parte del vertedero de Seseña ha concluido que se trata de un residuo no peligroso. Esta semana comenzará la retirada de la escoria —unos 15.000 metros cúbicos— que se trasladarán a dos gestores de residuos. La Consejería de Medio Ambiente espera concluir la limpieza de la parcela antes de que termine el año. El presupuesto completo de la retirada de los desechos es de dos millones.
En las tres hectáreas del vertedero ilegal de Seseña que se extienden por territorio madrileño se habían depositado 15.000 toneladas de cubiertas de diferentes tipos de vehículos (desde un tractor a un coche). Tras el incendio que se originó el 13 de mayo, las ruedas se transformaron en un amasijo de restos metálicos (un neumático está compuesto por un 15% de acero), cenizas e inertes y suelos contaminados. La Consejería de Medio Ambiente dirigió la primera acometida en la limpieza del terreno a retirar los neumáticos que sobrevivieron al gran incendio y los restos de mayor tamaño, principalmente ferralla.
En el lugar quedó la escoria a falta de conocer si se trataba de un residuo tóxico o no; un dato fundamental a la hora de gestionar su retirada. Para evitar que el polvo se levantara y dispersara, se cubrió con un polímero. Tampoco se han encontrado componentes peligrosos en la cobertura utilizada.
La empresa pública Tragsa encargó a un laboratorio (Labaqua) su estudio, que ha concluido que las cenizas, a pesar de los temores, no son un residuo peligroso. La analítica ha tenido en cuenta los criterios establecidos para la protección de la salud humana y del medioambiente por la legislación de la Unión Europea (UE).
La empresa dividió la parcela en diferentes zonas de donde se tomaron las muestras, que llegaron hasta un máximo de 50 centímetros de profundidad. Los análisis han evidenciado una baja presencia de metales pesados, excepto de cobre, zinc y cobalto. Pero tras su estudio, el laboratorio concluye que los componentes de estos metales clasificados por la UE en la categoría de toxicidad aguda como cancerígenos, mutágenos o tóxicos no superan ni de forma individual ni sumándolos, el límite general más restrictivo. Se ha tenido en cuenta la información sobre los posibles neumáticos que se acumulaban en la parcela y los contaminantes producidos durante la combustión.
Con estos datos, la Consejería de Medio Ambiente va a comenzar esta semana la limpieza de la cubierta grisácea que tapiza el suelo del antiguo vertedero. Calculan que se sacarán 15.000 metros cúbicos, entre escoria y la capa de tierra que también se va a retirar. Los desechos se trasladarán en camiones a dos gestores autorizados, uno ubicado en Madrid y otro en Castilla-La Mancha, a un ritmo de unas 40 cargas diarias. La Consejería tiene aprobado un gasto para los trabajos de limpieza completos (incluido el traslado llevado a cabo con anterioridad de los restos de neumáticos) de dos millones de euros.
En el caso de la parte situada en Seseña (Toledo), ilegal también, esa cifra llegará a los nueve millones, ya que incluye un proyecto para convertir los residuos en combustible, que se usará en los edificios de la Junta. Castilla-La Mancha está intentando que se cofinancie con fondos europeos Feder.
El Gobierno regional también ha anunciado el establecimiento de un seguimiento y control ambiental de las aguas superficiales y subterráneas de la zona. En el incendio se registraron picos de sustancias clasificadas como cancerígenas como el benzo(a)pireno, aunque no superaron los límites legales porque no permanecieron durante mucho tiempo en el ambiente. La analítica tampoco ha detectado valores relevantes de ese compuesto y otros semejantes.
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