Mas llama a parar “en la calle” el proceso judicial a Forcadell

La apertura de una investigación judicial contra la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, por desobediencia, desató ayer la indignación de los independentistas. Artur Mas llamó a la "movilización de la gente en la calle" para detener el proceso judicial. El expresidente de la Generalitat animó a "mantener el pulso" tras conocer que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJCat) ha admitido a trámite la querella de la Fiscalía contra Forcadell por permitir una votación sobre el proceso soberanista pese al veto del Tribunal Constitucional.

La sala civil y penal del TSJCat ha abierto diligencias para investigar si Forcadell cometió los delitos de desobediencia y prevaricación. La presidenta y exlíder de la Asamblea Nacional Catalana -la entidad que ha sacado a la calle a cientos de miles de personas durante las últimas celebraciones de la Diada- permitió que se votaran, el pasado 27 de julio, las conclusiones de la llamada "comisión de estudio del proceso constituyente". Ello a pesar de que el Tribunal Constitucional (TC) le había advertido directamente de que debía "impedir o paralizar" cualquier iniciativa que supusiera impulsar el proceso de "desconexión" con el resto de España.

La magistrada Maria Eugènia Alegret, conservadora, será la juez instructora del caso. La decisión implica solo que se abre una investigación judicial, "sin que en este momento puedan ni deban ofrecerse mayores explicaciones ni probanzas", señala la resolución. Por ahora no se ha fijado fecha alguna para que Forcadell declare en calidad de investigada. Los dos delitos que se investigan son desobediencia y prevaricación, que conllevan penas de inhabilitación para ejercer cargos públicos.

Defenderé donde sea necesario que se puede hablar en el Parlament de todo lo que afecta a los ciudadanos", afirma Forcadell

El TSJCat decidió iniciar las pesquisas el lunes. Pero no hizo pública la decisión hasta ayer por la mañana, cuando, al fin, un funcionario pudo notificar la resolución personalmente a Forcadell en el Parlament, en la quese le concede un plazo de tres días para recurrir. La decisión era previsible, pero eso no evitó una cascada de reacciones. A través de su cuenta en Instagram, Mas expresó "todo el apoyo" a Forcadell. "Cuantas más querellas y acciones judiciales para hacernos descarrilar lleven a cabo, más grande tiene que ser la movilización de la gente en la calle", escribió el expresident, que está a un paso de ir a juicio por los mismos delitos; en su caso, por organizar la consulta del 9 de noviembre de 2014, también prohibida por el Constitucional.

La portavoz del Gobierno catalán, Neus Munté, anunció que "el Gobierno no estará de brazos cruzados" y que habrá "respuesta a la altura de la situación que nos vayamos encontrando". Munté también confió en que "la reacción desde el punto de vista ciudadano también existirá". Y tildó de "injusta" y "lamentable" la querella ordenada por la fiscal general del Estado, Consuelo Madrigal.

Tras la votación de julio, el Gobierno en funciones de Mariano Rajoy planteó un incidente de ejecución ante el Constitucional, que lo estimó. En su resolución, el TC puso los hechos en conocimiento de la Fiscalía para que valorase si debía ejercer acciones contra Forcadell. La querella acusa a la presidenta de la cámara de actuar "con total desprecio de la Constitución de 1978". También le hace responsable de "dinamitar" las competencias del Estado y de intentar "llevar adelante su proyecto político por la fuerza de los hechos consumados".

Forcadell ha defendido en las últimas semanas su actuación y ha anunciado que "lo volvería a hacer". Ayer abundó en esa línea y aseguró que defenderá "allí donde sea necesario" que en el Parlament se pueda "hablar de todo aquello que afecta a los ciudadanos". También llamó a seguir adelante con el proceso soberanista: "Continuamos trabajando". La presidenta recibió el apoyo de las entidades independentistas (ANC y Òmnium Cultural), de Junts pel Sí (que denunció una "persecución de las ideas") y de Catalunya Sí que es Pot, la marca de Podemos en Cataluña.