La investigación sobre la madre de Diana Quer se traslada a Pozuelo
El juzgado de Ribeira se inhibe a favor de otro de Madrid en la causa penal que derivó en la retirada de la custodia de la hija menor a la progenitora
El caso por el que Diana López-Pinel, madre de Diana Quer, perdió cautelarmente la custodia de su hija menor, Valeria, de 16 años, ha acabado viajando a los juzgados de Pozuelo de Alarcón, después de que la magistrada que lo instruía, Esther Díaz, titular del número 2 de Ribeira (A Coruña), haya decidido inhibirse. La juez gallega imputó a la madre de las dos chicas por poner supuestamente en riesgo a la pequeña después de que, a consecuencia de la desaparición de la mayor, de 18 años, trascendiesen una serie de episodios médicos en los que Valeria tuvo que ser atendida por crisis de ansiedad. El primero de estos capítulos tuvo lugar unos cuatro días antes del 22 de agosto, cuando Diana Quer desapareció sin dejar rastro. Su hermana y su madre se presentaron en el ambulatorio de A Pobra do Caramiñal, donde pasaban las vacaciones, y en el hospital comarcal reclamando asistencia urgente tras una dura discusión en la que presuntamente participaron las tres. La importancia de esta crisis nerviosa de la menor y de alguna otra posterior empujó a un facultativo a elaborar un informe que remitió al juzgado tras saltar a los medios de comunicación la extraña desaparición de la joven veraneante.
Ahora, la juez sobre la que recayó esta causa penal y que acordó rápidamente quitarle a la madre, a favor del padre, la custodia de la hija que le quedaba, considera que los tribunales "competentes" en el caso son los de esta localidad madrileña. Porque la situación que motivó la retirada no se inició en Galicia, donde pasan los veranos desde hace unos 15 años, sino en el lugar donde la familia tiene su residencia habitual. Así lo ha notificado Díaz en un auto con fecha de hoy, martes, según ha confirmado el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. Hace 19 días que Valeria convive ya en Madrid con su padre, Juan Carlos Quer, exmarido desde hace casi cuatro años de Diana López-Pinel. Hasta este verano, la larga guerra de los excónyuges por la custodia, cuajada de denuncias, siempre había tenido como escenario los juzgados madrileños.
Esther Díaz no tomó la decisión de inhibirse hasta escuchar a todas las partes la semana pasada. Primero, el miércoles, tomó declaración a la menor, y su padre entregó varias carpetas cargadas de documentación acerca de su exesposa y sobre las tortuosas relaciones de familia. El viernes le tocó el turno a López-Pinel, y se supo que no acudía en calidad de testigo y a petición propia, sino como investigada. Según afirmaron tanto ella como su abogado ese día, la declaración fue "muy bien", "mejor de lo esperado", algo que a su parecer tendría su reflejo en los días venideros, "en cuanto su señoría tome una decisión". La madre de Diana y Valeria dijo, además, que tenía la intención de pedirle a la juez de Ribeira que revocase la retirada de la custodia.
Mientras tanto, en el otro juzgado de Instrucción de la misma localidad coruñesa, cabecera judicial de la comarca de O Barbanza, prosigue siendo impermeable la trabajosa investigación sobre la desaparición de la hija mayor del exmatrimonio Quer López-Pinel. La titular prorrogó el pasado viernes, varios días antes de que expirase, el secreto sobre las actuaciones durante un mes más.
El jueves se cumplirá un mes de la misteriosa ausencia de la joven turista de 18 años sin que todavía se haya descartado por completo ninguna hipótesis ni se haya encontrado ningún indicio material del destino de la chica. De momento, los agentes de la Guardia Civil siguen buscando sospechosos, intentando estrechar el círculo, realizando entrevistas, repitiendo algunas que ya estaban hechas y cribando las matrículas registradas en aquella noche de fiesta local en una serie de cámaras, con especial atención sobre tres de la autovía de O Barbanza. Cruzan estos datos con los que facilitan un par de repetidores de telefonía que detectaron el móvil de Diana y su rápido desplazamiento, antes de las 4.15 horas de la madrugada del 22 de agosto, entre dos zonas que podrían llegar a distar unos 15 kilómetros. En los alrededores del lugar de Taragoña (ya en el municipio de Rianxo) el aparato se apagó.
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