El álbum de fotos definitivo
El proyecto municipal ‘Memoria de los barrios’ anima a los vecinos a prestar sus imágenes antiguas para digitalizarlas
En 1948, el último alcalde de Carabanchel Bajo, Rufino Goñi, anunciaba que el municipio pasaba a ser parte de “la gran Madrid”. Tenía entonces 22.251 vecinos y, de esta manera, se convertía en uno de los 13 municipios que se anexionarían a la capital. Los otros 12 eran Carabanchel Alto, los pueblos de Chamartín de la Rosa, Canillas, Canillejas, Hortaleza, Barajas, Vallecas, El Pardo, Vicálvaro, Fuencarral, Aravaca y Villaverde. El bando que se publicó aquella tarde es uno de los documentos aportados por un vecino para su digitalización. Memoria de los barrios surgió como un proyecto piloto en Carabanchel en 2014, que consistía en animar a los vecinos a que compartiesen fotografías y documentos que ayuden a contar la historia de sus barrios. El proyecto cuenta con la colaboración de las bibliotecas públicas municipales, además de la Biblioteca Digital Memoria de Madrid, encargada de digitalizar la documentación histórica custodiada por el Ayuntamiento.
En su web (memoriadelosbarrios.es) se pueden apreciar algunas de las fotografías que los vecinos han venido aportando. Todo comenzó en las bibliotecas municipales de La Chata y Ana María Matute, de Carabanchel. En 2015, el proyecto se extendió a Villa de Vallecas y Puente de Vallecas. Las imágenes pueden abarcar distintos periodos de Madrid. Algunas de ellas de carácter histórico, como una imagen de 1936 donde se aprecia a las Brigadas Internacionales en la defensa de la capital ante el avance de las tropas golpistas en el frente de Usera. Pero también hay fotogramas posteriores, como una fotografía del equipo de fútbol Carmen Vallecano, que pasaría a llamarse Vallecas Club de Fútbol. En otra se ve a un grupo de adolescentes en un acto social en la Colonia Virgen de las Gracias en 1960. También hay fotos y documentos contemporáneos.
“La idea surge un poco al ver como Madrid comenzaba a cambiar bastante, sobre todo a partir del año 2000 con la burbuja inmobiliaria y la inmigración”, dice Fernando Millán de la biblioteca Francisco Ayala en Vicálvaro, que comenzará a digitalizar las imágenes en octubre. “En los barrios periféricos ese cambio se notó aún más, por eso es que el proyecto no nace de los barrios del centro histórico, sino más de la periferia, donde es posible ver cómo convivían —y conviven— muchos mayores españoles con jóvenes y adolescentes procedentes del extranjero. Sin haber una generación intermedia que conectara a ambas”.
El proyecto aún está en proceso de expansión y se aceptan más fotos. “Hay que aclarar que en ningún momento el usuario dejará su foto en la biblioteca”, aclara Millán, “sino que solo la entregará para su digitalización, que puede tomar pocos minutos. Además de la foto habría que agregarle una pequeña descripción, con la fecha y el lugar de la imagen en cuestión”.
El proyecto podría convertirse en algo muy interesante, un gran álbum de Madrid y sus barrios, contado por los propios vecinos. “El objetivo final es que la digitalización de imágenes y documentos sea un servicio más de las bibliotecas públicas”, dice Gilberto Pedreira. “Además de hacerles ver a los vecinos que aquellas fotos, postales o documentos guardados en una lata tienen un valor que pueden compartir sin dejar de conservarlas en sus casas”.
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