_
_
_
_
EMBAJADORES CATALANES EN MADRID

“En galerías, Madrid se ha comido a Barcelona”

Entrevista a Sebastián Rosselló, galerista en Madrid

Cristian Segura
Sebastián Rosselló, galerista en Madrid.
Sebastián Rosselló, galerista en Madrid. joan sánchez

Pregunta: ¿Por qué dejaste Barcelona para instalarte en Madrid?

Respuesta: Lo que me apetecía era tener un modelo de galerías pequeñas en diferentes ciudades. Ese era mi modelo ideal. Primero abrí en Barcelona y luego fui a Madrid. Como la acogida en Madrid fue muy buena, me animé a abrir una galería más grande, en la calle del Doctor Fourquet, aprovechando el eco de la calle. Puse todos los huevos en esta galería, en Madrid, porque en la ciudad hay más movimiento, aunque también hay más competencia. Creo que Madrid cuadruplica el número de galerías de arte contemporáneo de Barcelona.

P. ¿Se nota la influencia de Arco durante todo el año o solo durante los días de la feria?

R. Arco genera dinamismo, sin duda; en febrero, cuando se celebra la feria, vienen muchos visitantes de toda España y coleccionistas internacionales. La próxima edición es la primera que nos invitarán a Arco; es un reconocimiento importante, te da mucha más visibilidad. Creo que los 25 años de Arco han generado mucha curiosidad en la ciudadanía, favorece que la gente quiera descubrir el arte contemporáneo. Poco a poco hay gente que es fiel a la feria y hay personas que evolucionan hacia el coleccionismo.

“Arco y ser la capital de España han sido factores determinantes”

P. ¿Hay diferencias entre Barcelona y Madrid para elegir la ubicación de una galería? ¿Los barrios que aglutinan a este sector en Madrid son muy diferentes a Enric Granados o El Born?

R. Doctor Fourquet se ubica en un barrio más marginal que estos casos que mencionas, en Lavapiés, aunque está tocando a Atocha y al Reina Sofía y eso crea una red. También hay galerías en barrios más acomodados, en los que es más fácil que te frecuenten personas con alto poder adquisitivo.

P. Las diferencias, entonces, no existen: en ambas ciudades hay galerías en ámbitos burgueses o en barrios más alternativos.

"En creación artística estamos muy lejos de ciudades de Europa"

R. Es que esto es una cuestión de la gentrificación; sucede en Londres, en Nueva York o París: hay galerías que se desplazan a barrios más baratos para tener espacios más grandes, como está pasando ahora con la apertura o traslado de galerías de Barcelona a L’Hospitalet. Es muy caro abrir en Consell de Cent o en el Born. En Madrid, un grupo de galerías empezaron a abrir en doctor Fourquet. Fue como una llamada, y la gente empezó a abrir en doctor Fourquet. Ahora hay una docena de galerías. La proximidad del Reina Sofía genera un circuito: visitas el museo y luego las galerías.

P. ¿Esta cercanía del Reina Sofía ayuda a captar clientes internacionales?

R. Es que no solo está el Reina Sofía; están El Prado, el Thyssen, la Fundación Mapfre. En Madrid, y en esta zona en particular, hay mucha oferta cultural, esto atrae a un turismo de un perfil más cultural, más centrado en la cultura, más que el turismo que pueda tener Barcelona, que a buena parte lo que le interesa son las vistas y la playa. La gente que tiene curiosidad por el arte contemporáneo busca en Internet sobre la ciudad y planea sus recorridos.

P. ¿Por qué crees que hay más movimiento de galerías en Madrid?

R. Barcelona tocó fondo. Tuvo un momento muy potente, fue más internacional que Madrid. El por qué de este descenso, no lo sé. Quizá a raíz de la aparición de Arco se generó un dinamismo en Madrid, además de ser la capital de España; ambos son factores determinantes. En galerías, Madrid se ha comido a Barcelona; hay más movimiento.

P. ¿Pero es más fácil vender arte en Madrid? La crisis afecta a todas partes.

R. En Madrid la gente hace un esfuerzo, básicamente artistas, y eso en Barcelona me costaba más. En un momento dado se rascan más el bolsillo. Si hay algo que les gusta, una pieza económica, pongamos que de 75 euros, creo que en Madrid es más fácil que te la compren. Aunque tengo que decir que en Barcelona yo estaba en un lugar escondido que no daba a la calle.

P. ¿Qué precedentes recientes hay de galerías de Barcelona que se hayan instalado en Madrid?

R. Así a bote pronto se me ocurre Nogueras Blanchard, que fue una de las primeras galerías que se instaló en doctor Fourquet, una de las que inventó lo que es hoy esta zona.

P. ¿Existen dos mundos para los jóvenes creadores actuales? ¿El de Barcelona y Madrid con sus respectivas áreas de influencia?

R. Los artistas catalanes de entre 25 y 35 años, al salir la mayoría de la Facultad de Sant Jordi, tienen unos modelos y un estilo parecido, de hacer, de practicar y entender el arte contemporáneo de manera semejante. Madrid es más ecléctico, más plural. Solo hay que ver las páginas de Internet de los artistas de Barcelona, son todas muy parecidas; muchos comparten taller. Quizá se ha generado como una escuela, un grupo. En Barcelona hay un tejido a nivel artístico que en Madrid no está tan enraizado.

P. ¿Dónde consideras que hay más espontaneidad artística, más facilidad de establecer espacios alternativos o más apoyo de la administración pública?

R. Apoyo, ninguno, ni en Madrid ni en Barcelona. A lo mejor en Madrid hay más movimiento, pero también hay más gente. En Barcelona últimamente se están creando más espacios alternativos para trabajar, con programas de residencia. La mayoría son espacios dirigidos por artistas. Se me ocurren varios ejemplos pero es especialmente destacable Half House, en Vallvidrera, un centro que dirigen Alberto Peral y Sinead Spelman. Pero, al margen de estas iniciativas, estamos muy lejos de ciudades de Europa como Bruselas. Sea por cultura, o por falta de apoyo político, en España falta un tejido de creación artística más consistente.

Perfil

Sebastián Rosselló (Barcelona, 1976), escultor y galerista, dice tomar decisiones por instinto e impulsivamente. De este modo abrió en 2011 su galería Alegría —anagrama de galería— en el interior de la antigua fábrica Lehmann, en la Calle Consell de Cent de Barcelona. La experiencia fue casi como la de un okupa del arte, en una caseta, "como si fuera chabolismo", dice Rosselló. Alegría fue en su breve tiempo de vida un espacio de exposición de arte contemporáneo valiente y que ofrecía una intensa vida social. Rosselló abrió una segunda minigalería, en Madrid, en 2013. El escultor quería gestionar varios espacios pero finalmente los números no cuadraban, cerró la galería de Barcelona y apostó por Madrid.

La primera sede de Alegría en Madrid fue en la plaza de Cascorro, en unos bajos discretos que parecían las dependencias de la portera. Rosselló mudó Alegría a la calle del Doctor Fourquet, una pequeña vía que se ha consolidado como polo de galerías, en un entorno en el que se encuentra el Centro Reina Sofía, el Museo del Prado y el espacio cultural La Casa Encendida. Rosselló se instaló en 2014 Madrid con su mujer e hijos. Sigue visitando su ciudad natal y a partir de su experiencia intenta exponer por qué apostó por Madrid.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_