_
_
_
_

Gràcia se trae el mar a casa por las fiestas

El tema marítimo está presente en ocho de las veinte calles que compiten por el premio, que se decide el miércoles

Josep Catà
La calle Verdi con su decoración "California Dreams".
La calle Verdi con su decoración "California Dreams". Carles Ribas

Si el capitán Ahab viviera en el barrio de Gràcia de Barcelona lo tendría muy fácil: una enorme ballena que podría ser su Moby Dick ha aparecido varada en la calle Mozart. En su interior se pueden ver tesoros, sirenas y muchas espinas de pez, pero sobre todo visitantes con la boca abierta y vecinos orgullosos de su creación para la Fiesta Mayor de Gràcia, que empezó este lunes y se alargará hasta el domingo. Gràcia lo tiene casi todo, pero hay algo que le queda un poco lejos: el mar. Por eso se lo ha traído a sus calles este verano. De las 20 que compiten para ganar el concurso de decoraciones, que se celebra este miércoles, ocho tienen una temática marinera. Entre ellas, algunas de las últimas ganadoras como Verdi y Progrés.

Más información
La Fiesta Mayor de Gràcia incluirá una campaña contra las agresiones sexistas
Gràcia ultima a contrarreloj los adornos de sus calles

Desde la plaza de Joanic, la primera parada obligatoria en la ruta marítima de Gràcia es La cala de baix, en la calle Joan Blanques de Baix de Tot. Un gran faro de rayas blancas y rojas sitúa a los navegantes para que entren en una calle techada con las redes de los pescadores, hechas con el plástico que agrupa las latas de refrescos. La ruta sigue por Fraternitat de Baix y Tordera, que sumergen a los visitantes en el océano para luego sorprenderles en la calle Progrés con un enorme barco pirata — que llega a superar la altura de los edificios — y unos grandes tentáculos de calamar hechos con hueveras.

La mayoría de las miradas, además de en Progrés, están en la calle Verdi. Los paseantes se agolpan en la entrada de la eterna favorita, que también ha escogido el tema marinero y lo ha titulado California Dreams. "Si ya daban un poco de rabia, ahora solo faltaba que hiciesen el tema de los vigilantes de la playa", bromeaba Imma Sust en su pregón el pasado domingo. La calle Verdi, ganadora de las dos últimas ediciones, ha instalado además un paseo de las estrellas estilo Hollywood con los nombres de las 20 calles que participan.

En el segundo día de las fiestas ya se pueden ver las primeras decoraciones rotas, aunque abundan los avisos de "Respetad el guarnit". La calle Fraternitat de Dalt, que vuelve a las fiestas después de dos años de parón, ha apostado por la serie Juego de Tronos. Uno de los personajes, un caminante blanco, tiene una mano rota. El presidente, Albert Capel, se muestra orgulloso de tener "siete reinos en un solo decorado", pero recuerda que un trabajo tan intenso, que dura todo el año, necesita mucha motivación por parte de los vecinos. Otra calle que atrae a los turistas con exclamaciones de "Awesome" ("Genial") o "Ma comme cazzo fanno?" ("¿Pero cómo carajo lo hacen?") es Providència, la favorita de los niños, decorada como una fiesta de cumpleaños con montones de caramelos.

Unas fiestas feministas

Mención aparte merece la calle Ciudad Real. Mientras en calles como Puigmartí, Joan Blanques de Dalt o Perla domina el tema festivo, con máscaras, corazones y una Roller Disco, en Ciudad Real la decoración, sombría y austera al principio, invita a la reflexión. El tema, Mujeres: una historia escondida, enlaza con la campaña por unas fiestas libres de violencia sexista que la Fiesta Mayor y el Ayuntamiento han impulsado para esta edición, y cuyos carteles se pueden ver por todas partes. 

La exposición de las mujeres escondidas empieza con un homenaje a las trabajadoras del textil, vigiladas por dos hombres, el burgués y el capataz de la fábrica. Más adelante están las mujeres a las que la sociedad acusó de brujería, y finalmente, con una decoración algo más alegre, encontramos los nombres de grandes mujeres en la Historia, entre ellas, algunas de las vecinas que han decorado la calle. "No nos importa no ganar, nos divertimos yendo siempre al revés de los demás, con temas reivindicativos", bromea Alfred Campo, vecino de 71 años. A esta temática se suma la plaza Raspall, donde se desarrollan las fiestas alternativas del barrio. Un cartel avisa en la entrada a la plaza: "Estás entrando en un espacio feminista".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Josep Catà
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_