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Los okupas del ‘Banco Expropiado’ se instalan en un nuevo espacio

El colectivo entró el viernes en un nuevo edificio en el barrio, que hará público mañana

Alfonso L. Congostrina
Activistas del Banco Expropiado.
Activistas del Banco Expropiado.Massimiliano Minocri (EL PAÍS)

Los okupas del autodenominado Banco Expropiado de Gràcia se han instalado en un nuevo edificio en el barrio cuya ubicación es, por ahora, secreta. El colectivo fue desalojado, el 23 de mayo, de una antigua oficina bancaria —okupada en 2011— situada en el 181 de la Travessera de Gràcia. Aquel mismo día, tuvo lugar el inicio de varias noches de disturbios  en el barrio. El 7 de junio los activistas firmaron la tregua. Sin obtener nada a cambio, anunciaron el cese de las movilizaciones. Ayer, en plenas fiestas del barrio, el Banco Expropiado resucitó.

El colectivo emitió ayer un comunicado en las redes sociales en el que informó de que el pasado viernes 12 de agosto okuparon otro inmueble en el barrio. La ubicación de esta sucursal del Banco Expropiado es por ahora un misterio. “Hemos decidido asegurarnos que pasa el tiempo necesario para que la policía no tenga el argumento legal de desalojarnos en 72 horas, sino que deban abrir un proceso legal que, por la burocracia que implica, obliga a que pase todo el mes de agosto y así evitar que se produzca ningún conflicto durante estos días”, se excusaba en el comunicado el Banco Expropiado. Este asegura que así evita el llamado desalojo exprés para mantener la paz social durante las próximas semanas, justo cuando se celebran las fiestas del barrio y miles de personas se trasladan a Gràcia tanto durante el día como a las verbenas nocturnas.

Ayer, una portavoz del Ayuntamiento de Barcelona descartó que los activistas hubieran okupado un edificio de titularidad municipal. El Consistorio tampoco tenía constancia de la existencia de denuncias de algún particular.

El Banco Expropiado anunciará hoy la nueva ubicación de la casa okupa. Aún así, aclara: “No es un nuevo Banco Expropiado, no será el espacio donde continúe el proyecto. Y no los será por muchas razones, tanto porque físicamente el nuevo espacio no reúne las condiciones de medida mínimas que el proyecto necesita para desarrollarse, como porque nosotros todavía tenemos la viva convicción de volver al espacio donde estábamos”.

Según los propios activistas, “volver al local desalojado del Banco Expropiado no debe entenderse simplemente como la pugna por un espacio físico, sino que en la lucha contra la especulación en Gràcia debe ser prioritario impedir que Manuel Bravo Solano [el propietario del inmueble] se quede con este local”.

Pese a que Xavier Trias asumió el coste del alquiler del inmueble a las puertas de las elecciones municipales de 2015 para que los okupas pudieran permanecer en el local; ayer el concejal de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, Gerard Ardanuy, pidió a Ada Colau que no tenga ningún gesto de “debilidad” ante la nueva okupación. En declaraciones a Europa Press, Adanuy advirtió: “No me gustaría que se produjera una sistemática okupación de locales por la debilidad que puede llegar a mostrar el Ayuntamiento o que se puede percibir que tiene”. El convergente espera que el Ayuntamiento se implique en el asunto y no mire “a otro lado”. El concejal aseguró que el Consistorio debe reforzar su papel mediador y evitar que vuelvan a producirse disturbios.

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El colectivo del Banco Expropiado ha engalanado la zona próxima al local desalojado el pasado mayo. Varios corazones con la flecha del símbolo okupa cuelgan en la zona cercana. Allí también se celebran conciertos y otras actividades programadas por el colectivo okupa.

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