Cae un grupo que estafó con falsos pisos de alquiler a 237 personas
El supuesto cabecilla de la trama orquestaba los engaños desde Bélgica, donde vivía
Pocas cosas hay más desoladoras en vacaciones que llegar al piso que se ha alquilado y descubrir que o no existe o bien está ocupado por una familia que no tiene ni ha tenido nunca la intención de arrendarlo. Al menos 237 persones desde 2014 se han visto en esa situación, fruto de la actuación de un grupo dirigido supuestamente por un ciudadano español, al que la Policía Nacional y la Guardia Civil atraparon el pasado mes de mayo en Bélgica a través de los cuerpos policiales del lugar.
El detenido llegó a ser descubierto por buena parte de sus víctimas, todas españolas, que se organizaron a través de un foro. Algunas de ellas incluso llegaron a llamarle y a ponerle entre la espada y la pared, puesto que él daba su teléfono real. En una de esas llamadas, colgadas en Youtube, se puede oír al detenido mofándose de sus víctimas, reconociendo el delito y diciéndoles que gracias a su dinero se iba de cena. "Escucha, te dan de comer, buen trabajo, sales bien y encima te ríes del a gente", se le oye decir. Incluso se ríe y canta.
Los agentes fueron acumulando denuncias de diferentes zonas de la costa mediterránea, desde Benidorm casi hasta llegar a Castellón, y del Pirineo aragonés, en la zona de Formigal, desde abril de 2014. Las víctimas habían sufrido siempre una situación similar: encontraban el apartamento perfecto para sus vacaciones a través de diversos portales de anuncios en internet, como milanuncios, segundamano o fotocasa.
El supuesto propietario les pedía una paga y señal, a modo de reserva, que podía llegar hasta 400 euros, y que debían ingresar a través de Western Union o por transferencia bancaria. En ese proceso, se enviaban mails e incluso hablaban por teléfono con quien tenía que ser su arrendador. Pagaban. Estaba ya todo listo, pero cuando llegaba el día, se encontraban con las maletas en la puerta de una casa a la que no podían entrar.
En una primera fase, los agentes detuvieron a cuatro personas, afincadas en las zonas de El Vendrell, L'Hospitalet de Llobregat y Barcelona. Pero poco después hubo otro repunte de este tipo de estafas, con las mismas características. Después de analizar las denuncias, los correos electrónicos y las entidades bancarias, dieron con el que consideran que es el cabecilla de la estafa: un ciudadano español que se trasladó a vivir a Bélgica, según ha explicado a EL PAÍS el inspector jefe Pedro Morales del grupo de fraudes por internet de la brigada judicial de Barcelona de la Policía Nacional.
"Colgaba en una página la foto de un edificio que existe, un apartamento que también puede existir. Después daba su teléfono de contacto, y facilitaba cuentas bancarias que también existen", cuenta Morales, sobre los elementos que daban credibilidad. Pero insiste en que nadie "da duros a cuatro pesetas". "A veces hay chollos, pero si el apartamento que vas a alquilar está 500 euros más barato que el precio medio de la zona, hay que desconfiar", advierte.
El pasado 26 de mayo, la policía belga detuvo al sospechoso fruto de la orden europea de detención emitida por las autoridades españolas. En total, el grupo criminal estaba formado por 24 personas distribuidas en las provincias de Barcelona, Tarragona, Madrid y Murcia. Los estafadores tenían su base principal asentada en Barcelona y en su área metropolitana. En el momento de la detención, el supuesto cabecilla se dirigía como cada día a un locutorio, desde donde llevaba a cabo las estafas.
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