Desmelenados en el ‘cine-karaoke’

Al cine de verano Sing Along se puede acudir con dos actitudes opuestas y, sin embargo, ambas placenteras. La más habitual es soltarse la melena y bailar y cantar a voz en grito esos números musicales tantas veces vistos que casi sobran los subtítulos de la gran pantalla. Pero también el cohibido, el que no canta ni en la ducha, puede disfrutar de un espectáculo muy cuidado, en el que cantantes y bailarines hacen su propia interpretación de lo que está ocurriendo en el filme. “En medio de estos dos extremos, hay toda una horquilla de público. Buscamos que sea una fiesta en la que el fan venga disfrazado de arriba abajo, pero también que uno pueda disfrutar sin levantarse del asiento”, cuenta Fernando de Luis-Orueta, miembro de La tropa produce, responsables de importar el fenómeno de ver musicales mientras se cantan los estribillos.

Al despendole ayuda lo que se conoce como “kit de participación”

Al despendole ayuda lo que se conoce como “kit de participación”. En la bolsita de Grease, por ejemplo, no faltan unos pompones para animar al equipo del Rydell High; un bote para hacer pompas de jabón; el peine de los T-Birds de John Travolta o un pañuelo rojo que lo mismo sirve para adornar el pelo que para acompasar el movimiento de brazos. Porque en el desmelene no falta una coreografía que todo el público ensaya antes de la proyección.

El sing along, una idea londinense, nació como una humilde propuesta en el Conde-Duque hace tres veranos. El pasado se programó en el teatro Fígaro y este ha tenido su empujón definitivo con toda una cartelera (hasta el 12 de agosto) en el aparcamiento del gigantesco gimnasio Go Fit (Islas Filipinas, 7), levantado en lo que era la pista de atletismo de Canal.

La decoración del enclave recuerda a la feria de Grease —con gradas, banderines y dos barras—, pero en su cartelera no falta títulos archifamosos: Mamma Mía!, Dirty Dancing, El otro lado de la cama, The Rocky Horror Picture, Moulin Rouge y Un rayo de luz.

La decoración del enclave recuerda a la feria de Grease

El proyecto de este karaoke se cocinó “a fuego lento”, cuentan desde La tropa produce. El sing along fue el primer proyecto de este grupo de amigos, responsables de los ya reconocidos Premios Feroz de cine, otorgados por la Asociación de Informadores Cinematográficos de España. También han montado dos obras de teatro y una lectura dramatizada —que colgó el cartel de lleno— de Pulp Fiction dirigida por Carlos Vermut con José Coronado, Elena Anaya, José Sacristán o Jorge Sanz. La idea del sing along no se queda en la capital; arrasa en el Poble Nou de Barcelona, debuta en Malaga y se programa puntualmente en otras plazas como mañana en Leganés.

Eider Esnaola, cantante y responsable de la animación del Sing Along, cuenta que algunos musicales pinchan: “Cantando bajo la lluvia gusta mucho, pero la gente no lo asocia con fiesta, con cantar. Tampoco Chicago”. Otros títulos, como Mamma Mía! triunfan con los calores. “Trascurre en una isla griega, en vacaciones… Nosotros también usamos agua”, continúa De Luis-Orueta. “A los mayores les da vergüenza soltarse la melena delante de los niños y están más pendientes de que se lo pasen ellos bien”, se lamenta la cantante. “Sin embargo, el otro día actuamos en Rascafría y fue una sorpresa. No sabían a qué iban y se implicaron”.