En Comú Podem consolida una amarga victoria

]En Comú Podem consolidó ayer el triunfo electoral que logró el 20-D confirmando los mismos 12 diputados que cosechó entonces. La victoria, sin embargo, dejó un profundo regusto amargo en la confluencia de izquierdas que vio como en el conjunto de España el sorpasso era una utopía. No solo eso: la coalición tampoco consiguió derrotar con contundencia a los independentistas de Esquerra que, con nueve escaños, volvieron a ser segundos aunque recortando la distancia entre ambos en un 2,38% de los votos. La lista auspiciada por Ada Colau se quedó, por tanto, lejos de ganar con holgura su pulso a los secesionistas y de imponer en la agenda la celebración de un referéndum pactado. La Estació del Nord, sede de los colauistas, acabó sumida en el más absoluto desconcierto.

En un ambiente de estupefacción, sin banderas moradas ni apenas gritos del Sí se puede, los simpatizantes de En Comú Podem tardaron en digerir el escrutinio. El recuento no cambió nada y fue casi un calco envenenado del del 20-D: nueve diputados por Barcelona y uno en cada una de las otras tres provincias. En global, ha bajado dos décimas en porcentaje de votos (del 24,71% al 24,5%) y no ha logrado sumar dos escaños en Girona y Tarragona. Eso sí: subió el porcentaje de voto en todas las provincias salvo en Barcelona donde pasó del 26,88% al 26,23%.

La confluencia optó por ver el vaso medio lleno porque el electorado le premió como primera opción por su fidelidad y la defensa irrenunciable del referéndum, de las políticas sociales y de la lucha contra la corrupción. Pero se ha quedado lejos de las expectativas de las encuestas. Su objetivo era recabar votos de forma transversal de todos los partidos para poder combatir con garantías al PP ignorando la contienda con el independentismo. La estrategia no funcionó. Peor aún: el PP, pese al escándalo de las grabaciones del ministro Fernández Díaz, ganó un diputado. Tampoco el llamamiento a votar: perdieron 81.451 votos respecto al 20-D.

El resultado empaña el recorrido triunfal que trazó En Comú Podem el 20-D cuando irrumpió de forma poderosa en el paisaje político de Cataluña. Pese a su holgada la victoria, los 12 diputados no le catapultan para unas eventuales elecciones anticipadas en Cataluña. La confluencia ha defendido siempre el referéndum como la salida más razonable pero, ante el bloqueo en la negociación de la última legislatura, no ha seducido a la mayoría del secesionismo.

La bandera de la consulta pierde, por tanto, fuelle tras este 26-J en el particular pulso que los colauistas tienen con ERC y CDC. Xavier Domènech, líder de En Comú Podem, valoró la victoria, animó a sus seguidores, y subrayó que habían sufrido unos ataques “durísimos” en la campaña. “Confunden país, partido y poder. El enemigo era el PP y se han equivocado”, dijo con amargura. Tras reconocer en tono autocrítico que deberán trabajar más para intensificar los lazos en toda España, Domènech avisó de que En Comú Podem es un espacio que ha llegado para quedarse y que será la alternativa a Convergència.

Que la magia no se acabe. Nadie dijo que sería fácil. No tiraremos la toalla", dijo Colau

Con un rostro de irritada decepción y lejos del estruendoso “orgullo de Cataluña” que lanzó el 20-D, Ada Colau admitió que no estaban exultantes. No sale debilitada pero tampoco reforzada en esta contienda. “Que la magia no se acabe. Empezamos hace dos años. Nadie dijo que sería fácil”, señaló tras el primer desencanto que sufre en su carrera política. Y concluyó diciendo que no tirarán la toalla. “Nos dejaremos el alma para echar al PP porque está en juego la vida de la gente”.