60 obras del Prado, en el Centre del Carme de Valencia

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El Centre del Carme de Valencia alberga desde este jueves 60 obras del Museo del Prado. Se trata de una exposición de pinturas y obras de arte decorativas de autores como Goya, Rubens, Ribera, Sorolla y Pinazo que proponen mirar más allá de las figuras centrales de los cuadros. Fijarse en los objetos que las rodean. Y conocer por ellos las creencias, las costumbres, las formas de pensar, de vestir e incluso de sacar muelas a lo largo de los siglos.

La exposición muestra cuadros y objetos desde el siglo XVI a principios del XX de las escuelas española, flamenca, italiana y francesa. Es fruto de la colaboración entre El Prado, la Obra Social La Caixa y el Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana. Y permanecerá abierta hasta el próximo 25 de septiembre.

"En la exposición jugamos con el tiempo y con el espacio, algo que no se hace en un museo tradicional. Aquí vamos saltando de un siglo a otro", ha afirmado el comisario y jefe de contenidos didácticos de El Prado, Fernando Pérez.

Dividida en cuatro partes, la exposición hace hincapié en la información que proporcionan los objetos que aparecen en los cuadros, tanto los que saltan a la vista como los semiocultos. Desde la forma de comer hasta los símbolos del poder de la realeza y la jerarquía eclesiástica, pasando por las muñecas y disfraces de las niñas, y la evolución de la ciencia a través de cinco siglos de historia europea.

Prácticamente todas las obras son cuadros, pero pueden verse también otros objetos. Como una armadura blanca de hierro del siglo XVI —que hace pensar en Juego de Tronos— o un espejo con un recargado marco de águilas, del siglo XVI.

"Los cuadros del Museo del Prado muestran una gran cantidad de elementos simbólicos que contribuyen a enriquecer el aspecto formal que ofrecen y que permiten al espectador un acercamiento más directo a los mensajes que quisieron transmitir. Pero también hay en ellos numerosos detalles escondidos que esperan ser descubiertos", señala el comisario.

La obra más antigua pertenece al taller del flamenco Jan Massys, una pintura de San Jerónimo datada entre los años 1530 y 1540 que invitar a reflexionar sobre la vanidad de la vida y el juicio final. La más moderna es un cuadro de Cecilio Pla, una mujer protegida del sol por una sombrilla y sentada en una silla en la playa, "probablemente de Las Arenas" de Valencia, fechada en la segunda década del siglo XX.

La exposición da fe de la época de expansión de la prensa escrita, que forma parte del atrezo del salón burgués en el que posan dos jóvenes en un cuadro del autor supuestamente sevillano José María Romero y López de 1845. Del instrumental de un dentista de principios de 1600 pintado por el seguidor de Caravaggio Theodoor Rombouts y titulado El charlatán sacamuelas. De la majestuosidad de las estancias de la monarquía española. Y de la pasión que la geografía y el naturalismo despertaron a mediados del siglo XVII, como revelan los mapas, globos terráqueos y fósiles recogidos en un cuadro de Adriaen Van Stalbemt.

El secretario autonómico de Cultura, Albert Girona, ha considerado la exposición una muestra de "las sinergias de la Generalitat con otras entidades públicas y privadas. Y como una oportunidad de "aprovechar recursos y territorializar la cultura"; "sin esta exposición difícilmente muchas familias valencianas podrían ver estas obras del Museo del Prado".

"El Museo del Prado está en Madrid, pero es un museo nacional, para todos", ha afirmado el director adjunto de conservación de la pinacoteca, Miguel Falomir. El gerente del Consorcio de Museos de la Generalitat, José Luis Pérez Pont, ha destacado la aproximación de la exposición, centrada en objetos que suelen quedar tapados por "las grandes creaciones". Y ha destacado la calidad de las obras que componen la muestra.