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SUBASTA

¿Alguien da más por el joyero de la abuela?

El Monte de Piedad de Madrid organiza el miércoles 15 de junio una puja extraordinaria

Una de las subastas que organizan en el Monte de Piedad.
Una de las subastas que organizan en el Monte de Piedad.

Si tienen algo de tiempo y, sobre todo, dinero tal vez les interese saber que el 15 de junio de 2016 el Monte de Piedad celebra una subasta extraordinaria en Madrid. La puja presencial será a las 17.00 en la Casa de las Alhajas, situada en la plaza de San Martín. Aunque desde el pasado lunes, y hasta el 20, se puede pujar también de forma online por alguna de las joyas que esconde en su sotano esta entidad de microcréditos sociales, la más antigua de España, fundada en 1702 y una de las más importantes de Europa. O si lo prefieren, pueden consultar sus pliegos y mejorar el precio de salida de alguno de sus lotes hasta este jueves.

En total, se subastarán 1.137 objetos; algunos de gran valor económico o sentimental. Es por eso que esta cifra no es todavía definitiva: hasta hoy mismo, sus antiguos propietarios pueden arrepentirse de la venta y recuperar sus pertenencias si así lo desean. De momento, en la subasta presencial hay listadas 108 joyas; 522 en los pliegos y 507 objetos en la puja online. Los beneficios irán a parar a la fundación sin ánimo de lucro de MonteMadrid y repercutirán en colegios, escuelas infantiles o en distintas ONG, según indican fuentes del Monte de Piedad de Madrid.

En esta ocasión, la joya de la corona son unas dormilonas de oro blanco y brillantes. Estos pendientes -de 4,58 y 4,27 quilates, respectivamente- saldrán a subasta por un precio inicial de 130.000 euros. Habrá otro gran atractivo: una pulsera, también de oro y brillantes, con un precio de salida de 50.000. El pasado marzo, el Monte de Piedad batió su récord particular al subastar un reloj Patek Philippe por 240.000 euros. Si les interesa alguno de estos lotes, sepan que a partir de 100.000 euros deberán mejorar el precio en no menos de 10.000. Aunque también hay otros objetos más modestos que podrán llevarse, si nadie se lo impide, por 10 euros más. Como son anillos tasados en 80 euros. Unos gemelos Bulgari por 200. Un candelero del siglo XVIII con un precio inicial de 600 euros. U otras dormilonas, también de brillantes, pero mucho más asequibles: 200 euros. Además de pulseras, objetos ornamentales de plata o distintas vajillas.

Dormilonas que se subastan en el Monte de Piedad.
Dormilonas que se subastan en el Monte de Piedad.

Si se deciden, competirán con bolsillos de Londres, Suiza o Nueva York. La inmensa mayoría de ellos, joyeros o coleccionistas. Pero también habrá entre el público presupuestos más modestos. Como matizan en el Monte de Piedad de Madrid: “A nuestras subastas vienen personas muy variadas. Y tenemos distintos precios. Son subastas democráticas”. Los objetos que se lleven vendrán, presumiblemente, de tres tipos de cajones: de alguien del mundo del espectáculo, que al no tener ingresos fijos “suelen vender sus joyas hasta poder recomprarlas tras las galas de verano”. De grandes familias venidas a menos. O de “excluidos financieros”: madrileños que no tienen fácil el acceso al crédito o que no tienen quien les avale y venden sus joyas para poder pagar, por ejemplo, el recibo de la luz o la matrícula del colegio de sus hijos, explica un portavoz de esta entidad.

Sus joyas son tasadas por gemólogos y se paga el 80% de su valor en forma de pagarés que pueden cobrar en el banco. Todas las transacciones pasan por el filtro de la policía para saber que la mercancía no es robada. Este año, de media, se han concedido créditos de 596 euros. Y el 95% de los clientes volvió a recomprar sus objetos transcurrido un año con un interés, eso sí, de entre el 5 y el 8,25% anual, según fuese la joya. “Esperamos 15 meses y si la pieza no ha sido recuperada, se subasta. Aunque pueden recomprarla, incluso, el mismo día de la puja o en las semanas previas. Hace unos días, nos recompraron, por un ataque de nostalgia, una tiara del siglo XIX. Si no vuelven y se subasta y hay alguna diferencia de más entre el precio que se pagó y el precio por el que se subastó su joya, se le da el incremento al cliente descontándole los intereses de subasta. Nosotros nos llevamos una comisión del 15% de la compra, que paga el comprador y que es con lo que financiamos nuestros proyectos de solidaridad, medio ambiente, cultura y educación”, concreta este mismo responsable.

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En el sótano de la entidad descansan 150.000 joyas, guardadas en pequeñas cajas que van saliendo a cada rato a la superficie para volver a sus propietarios originales o para pasar a otras manos. Con 60.000 clientes, el Monte de Piedad generó el año pasado 12 millones de euros de beneficio.

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