Colau busca local para los okupas al rechazar la compra del Banc expropiat

El Ayuntamiento de Barcelona rebobinó ayer en su gestión de la crisis que desencadenó el lunes de la semana pasada el desalojo del Banco Expropiado, en el barcelonés barrio de Gràcia. Tras tantear al propietario del local, Manuel Bravo Solano, y llegarse a plantear una “compra colectiva” por parte de las entidades, con el Consistorio de avalador, el ejecutivo de la alcaldesa Ada Colau lo descartó por el precio “desorbitado”. Y volvió a la idea de la semana pasada, explicó el concejal de Gràcia, Eloi Badia: ofrecer a los okupas un local alternativo.

Badia explicó que el propietario pagó 500.000 euros por el local y que el Ayuntamiento no está dispuesto a abonar esa suma. Ayer, el portal idealista.com hizo números con la zona y los metros cuadrados y afirmó que ese es el precio de mercado. Pero políticamente, sería una operación difícil de explicar, sobre todo cuando la propia Colau ha criticado el alquiler que pagó el ex alcalde Xavier Trias para evitar conflictos con los okupas como los habidos tras el desalojo.

Ayer mismo, a primera hora, la tercera teniente de alcalde, Laia Ortiz, admitió durante un debate en BTV que el consistorio se planteaba comprar el banco. Si el ayuntamiento pacta un “precio razonable, comprar podría ser la solución”, afirmó. Unas palabras que provocaron que los partidos de la oposición, incluso el PSC, ahora en el ejecutivo, se le tiraron al cuello con duras críticas. No es admisible gastar dinero público para mantener un proyecto okupa, dijeron.

Horas más tarde, Badia comparecía en la sede del distrito para explicar la idea del consistorio. Para mantener las actividades del banco, afirmó, una solución podría ser “colectivizar” o “socializar” el espacio. “Se trataría de que hubiera una iniciativa ciudadana que capitalizara la compra, en la que el Ayuntamiento participara con un papel que podría ser de avalador. Tenemos que pensar nuevas fórmulas ante conflictos complejos como este para que el banco mantenga su uso”, dijo. Pero no precisó qué entidades podrían estar interesadas en esta compra.

Por encima de todo, la gestión del ejecutivo Colau de la crisis de Gràcia se basa en dos premisas. Una, la necesidad de mantener las actividades del Banco, que celebra todo el mundo, desde la Asamblea Groga contra los recortes hasta Trias, pasando por la FAVB. Y dos, mantener la tregua de cinco días sin disturbios tras un pequeño paréntesis el domingo a mediodía. “No podemos permitirnos una escalada de incidentes y es importante que todos los actores sigamos dialogando”, afirmó Badia.

De ahí la vuelta al llamamiento al “diálogo” y al ofrecimiento de un local alternativo. A la respuesta de si lo tienen, si existe, el concejal respondió que “el local no será el problema” y que no será por falta de locales vacíos. “El primer paso es que lo acepten. Encontrarlo sería sencillo”, dijo y a la pregunta de si público o privado, respondió que las dos opciones son válidas.

La plataforma Gràcia on vas? se reunió ayer y trató la cuestión en una sesión ordinaria. Se trata de la plataforma vecinal que lideró el proceso participativo paralelo a la redacción del Plan de Usos del distrito y entre sus miembros figura la Asociación de Vecinos Vila de Gràcia. Las dos entidades se han posicionado a favor de los okupas y su proyecto, pero no está claro que estén dispuestas a tomar la responsabilidad de mediar en el conflicto. En el encuentro no participó ningún representante del colectivo del Banco Expropiado. La Asociación de Vecinos explicó que apenas dedicaron unos minutos a la cuestión y que descartaron, por ahora, ejercer de mediadores. Y expusieron que conocieron la idea de Badia de la “compra colectiva” por los medios de comunicación, pero que el edil no ha acudido a ellos para a plantear la posibilidad de adquirir el local y socializarlo.