Un relicario sangriento
El actor Nicolas Gaude recorre rincones cinéfilos y nostálgicos además de reivindicar la vigencia de lo 'kitsch' y una ruta por la que denomina la Cara B de la capital
1. Parque de Atracciones. ‘Me gustaría estar en el parque de atracciones comiéndome un perrito’. Siempre decía esto de pequeño. Ahora también voy; para mí es el Conney Island [en referencia al Luna Park] de Madrid. El pasaje del terror era mi atracción favorita. El nuevo aún no lo conozco, ¿vamos? (Casa de Campo, s/n)
2. Lunch Box. Me encanta comerme a las estrellas de la edad dorada de Hollywood y en este lugar puedes comerte un Christopher Lee, una hamburguesa con parmesano, o una ensalada Rita Hayworth. Es un restaurante de Serie B: donde mezclan buena comida, terror y Scooby Doo. Un lugar muy pop. (Calle del Barco, 8)
3. Réplika Teatro. Esta escuela-sala, fuera del centro, es el primer lugar en el que recuerdo haber hecho teatro de verdad. Allí conocí a gente con la que sigo trabajando. Son muy profesionales. (Calle Pedro Justo Dorado Dellmans, 8)
4. Real Monasterio de La Encarnación. Mucha gente no conoce este lugar, con un punto siniestro y oscuro. Lo digo por el imponente relicario que esconde en su sótano. Cuando pasas frente a su puerta, se te hiela la sangre. Al revés que el plasma de San Pantaleón, su pieza más apreciada, que se licúa una vez al año. En la puerta conocí al director Gonzalo Suárez. Desde entonces, hemos charlado muchas veces en esa puerta. (Plaza de la Encarnación, 1)
5. Parque de la Cornisa. Ahí empecé a dar mis primeros paseos con Kika, mi hija peluda: una teckel desequilibrada y bipolar. Desde su césped conectas con Madrid de una manera muy íntima, sin interferencias a tu alrededor. (Calle del Rosario, 6)
6. Sala DT. Es muy pequeña, pero con esa atmósfera especial que te hace sentir al público muy cercano. Literalmente. He sudado lo más grande en su escenario, donde he representado cuatro obras de teatro. Entre ellas, Silenciados que ha estado una década en cartel. (Calle de la Reina, 9).
7. La China Mandarina. Se come muy bien, dan muy buenas cervezas, el trato es cercano y dejan entrar perros. Allí probé La Milana Bonita, una de las mejores cervezas artesanas que he catado. (Plaza de Cascorro, 17)
8. Artístic Metropol. En plena crisis de las salas de cine, con decenas de ellas cerrando, abrió esta especializada en cine de género, terror y ciencia ficción. Allí he visto Nosferatu en pantalla grande, pelis de Jesus Franco, maratones... Como fanatico del cine de terror ese lugar es un milagro. Me encantaría tener un espacio así para organizar sesiones golfas y gamberras donde se pudiera beber alcohol y fumar. (Calle de las Cigarreras, 6).
9. Julia, la estudiante de la calle Pez. Desde que la instalaron, en 2003, esta estatua me recuerda a mi hermana. Su autor,el artista Antonio Santín, quiso homenajear a una mujer que fue a la Universidad en 1840, cuando solo los hombres podían. Mi hermana vive en Amsterdam y cuando pasó por ahí le hago una foto y se la mando por whastapp. (Calle del Pez, 42)
10. Gilda. Una tiendecita muy pequeña de cine, de carteles, de postales... Allí he comprado unas postales de Pesadilla en Elm Street o me han hecho una copia de La reina anónima, película de Gonzalo Suárez que estuve buscando mucho tiempo. (Calle de la Palma, 16)
Usera, me altera
El actor Nicolas Gaude (Madrid, 1980) acaba de rodar para las series Amar es para siempre y Pulsaciones. Ayer estrenó en el Teatro del Barrio Nude&Naked. Ahora vive en Usera y con el hashtag#UseraMeAltera relata sus aventuras en el barrio.
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