Colau pide ayuda a los vecinos y proporcionalidad a los Mossos en Gràcia
La alcaldesa reúne a los okupas y las entidades del barrio en una primera toma de contacto
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, afronta su primera gran crisis de ciudad. El desalojo, el lunes, del Banco Expropiado, un centro social ocupado en el barrio de Gràcia, ha provocado tres noches de disturbios y enfrentamientos entre manifestantes y los Mossos d’Esquadra. Anoche se vivieron de nuevo momentos de tensión durante una cacerolada y los okupas increparon a la prensa y dañaron una cámara de TV3.
La crisis llega coincidiendo con el primer aniversario de la victoria de Colau, tras la crisis abierta con la Guardia Urbana y la entrada del PSC en el gobierno municipal. Sin ser responsable del desalojo, todo el mundo mira a Colau. Ayer admitió la dificultad de intervenir, pidió a los vecinos que ayuden a mediar y por la tarde les reunió en el barrio.
El conflicto de Gràcia evoca al frustrado desalojo de Can Vies hace dos años —con la diferencia de que ahora el local es privado y los okupas no quieren dialogar— y se produce en una semana de sabor agridulce que acabará este viernes con el plenario de mayo, que promete ser caliente. CiU exige a la alcaldesa que antes de iniciar la sesión haga una declaración de condena a los disturbios y pleno apoyo a los Mossos. Por el contrario, la CUP le reclama que “se pronuncie contra la violencia policial que se está ejerciendo” en Gràcia.
Distinto frente es la polémica por la actuación policial. Preguntada sobre la actuación de los Mossos d’Esquadra, Colau relató que habló con el consejero de interior, Jordi Jané, y que le trasladó “confianza en el trabajo de los Mossos y al mismo tiempo cierta preocupación por algunas informaciones de las últimas horas y de alguna formación política [en referencia a la CUP] que ha cuestionado la actuación”. Colau se refirió también a los casos de periodistas heridos durante los altercados: “Reitero la confianza, no quiero prejuzgar, pero pedimos que haya proporcionalidad [en la actuación policial] y que persiga el objetivo compartido de proteger a los vecinos”.
El balance de las primeras tres noches de protesta es de dos detenidos, 33 heridos y daños en mobiliario urbano cuantificados en 67.500 euros. Ayer la alcaldesa insistió en su argumento de que los okupas rechazan cualquier mediación con las instituciones: la rechazaron antes del desalojo y también esta semana. “Si no se quiere nada de la administración, nos deja con mucha dificultad para intervenir”. “No tenemos interlocutor”, señaló.
Colau también volvió a aplaudir las actividades —“muy positivas”— que se realizaban en el Banc Expropiat, una antigua oficina bancaria que fue ocupada hace cinco años. Y recordó que los colectivos que lo ocuparon han rechazado la oferta municipal de un local alternativo.
Ante la negativa de los okupas a mediar con las instituciones, ha sugerido que recurran a los vecinos como interlocutores. “Que dialoguen con los vecinos, que hablen y les escuchen y busquen fórmulas, quizás podemos encontrar la fórmula a través del tejido vecinal”, ha afirmado, tras lamentar que los vecinos eran quienes participaban en las actividades del centro y ahora son los principales perjudicados por los disturbios: “Es un llamamiento que no busca trasladarles la responsabilidad, sino trabajar juntos para buscar situaciones constructivas”, ha matizado.
Reunión con los 'okupas'
El hasta hace unos días presidente de la asociación de vecinos de Gràcia, Toni Ramon, se mostró dispuesto a mediar si se lo piden “las dos partes”. Ramon explicó que la asociación ha colaborado con el Banc Expropiat en campañas como la que rechaza la presión turística sobre el barrio, pero consideró que “será difícil” encontrar una solución, porque la okupación de la antigua sucursal bancaria “forma parte de la idiosincrasia del colectivo, rechazar la deriva del barrio”, donde el mercado inmobiliario comienza a estar presionado.
A la reunión de ayer, celebrada en la sede del Centre Artesà Tradicionarius, una de las decenas de entidades con solera que hay en Gràcia, acudieron el concejal del distritio, Eloi Badia, y el número dos de Colau, Gerardo Pisarello, que es primer teniente de alcalde y portavoz del gobierno municipal. Fue una primera toma de contacto a la que acudieron okupas del Banco Expropiado —que rechazaron de nuevo la oferta de un local alternativo—, la asociación de vecinos, comerciantes, la Federación de Entidades Vecinales y miembros de la asamblea de otros edificios okupados.
Trias defiende que no se puede meter a todos los okupas "en el mismo saco"
El exalcalde de Barcelona y líder de la oposición municipal, Xavier Trias (CiU), ha defendido hoy que "no se puede a todos los okupas en el mismo saco", y ha afirmado que "en el equipo de Colau hay personas que conocen muy bien el movimiento okupa y me cuesta entender que no se haya hecho nada durante este año".
En una entrevista en la emisora Onda Cero, Trias ha reconocido que su gobierno pagaba el alquiler del local ocupado, el denominado "banco expropiado", para evitar conflictos, y que "está pasando lo que ya nos habían advertido, que sería una desocupación muy difícil".
"Nosotros intentamos minimizar los efectos de una situación absolutamente anómala", ha justificado Trias, que pagó 5.500 euros mensuales del erario público para que el propietario del local ocupado en Gracia no instase el desahucio.
"Hay que explicarlo bien para que se entienda. Ese local era propiedad de un banco y se ocupa por parte de toda esa gente en el año 2011. El banco no hace nada, hasta que en el año 2014 vende el local y el nuevo propietario pide el desahucio de la gente que está dentro. Es gente con una baja incidencia de quejas vecinales, que tiene una buena integración con el tejido asociativo del barrio y a nosotros nos avisa la policía de que el edificio hay que desalojarlo", ha detallado Trias.
"Ante esta situación, y no solo porque haya elecciones, sino porque el desalojo puede ser muy conflictivo, como el de Can Vies, decidimos mediar. Decidimos hacer un planteamiento que la gente lo puede criticar, pero no es equivocado: darnos un tiempo de mediación. Por eso decidimos pagar al propietario un alquiler para que el propietario desistiese de echar a esta gente durante un tiempo para buscar una solución mejor", ha aclarado el exalcalde.
Según Trias, como perdieron las elecciones ya no mediaron, pero ha denunciado que "en el equipo de Colau hay personas que conocen muy bien el movimiento okupa y que lo han defendido. Me cuesta entender que no se haya hecho nada durante este año. Y la única genialidad que se tenga es dejar de pagar el alquiler. Está pasando lo que ya nos habían advertido, que sería una desocupación muy difícil".
Sobre los 60.000 euros que pagaron de alquiler, Trias ha justificado que en una sola noche de alborotos ya se han causado daños por más de 60.000 euros.
Preguntado sobre si el pago de un alquiler a los okupas puede suponer un precedente, Trias ha defendido que "yo creo que esto no es así. Son situaciones excepcionales. El vecindario les ha cogido afecto, porque han hecho acciones humanitarias. Nosotros intentamos minimizar los efectos de una situación absolutamente anómala. Hay que llevar por buen camino los conflictos. En algunos casos se ha de ser muy prudente".
Trias ha reconocido que los okupas del "banco expropiado" desconocían que el ayuntamiento estaba pagando el alquiler del local porque "hubieran dicho que no. El movimiento okupa es revolucionario y lo que quiere es el follón. En algunos casos. No se puede meter a todos los okupas en el mismo saco".
"No sé qué solución le dará Ada Colau, pero en el caso de Can Vies la solución es buscar el traslado de la gente a otro sitio", ha concluido Trias.
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