El fiscal pide 18 años para un narco arrestado al ir a cumplir otra pena
Antonio Baselga dirigía un grupo que fletaba contenedores con fruta desde Sudamérica para traer al puerto de Marín partidas de dos millones de euros en cocaína
El día 22 de octubre de 2014, en una inspección del buque Star Pride, en el puerto de Marín, procedente de Sudamérica, la Guardia Civil localizó un palé de fruta que llevaba ocultos 54 fardos de cocaína con una pureza del 72%, y valorada en más de dos millones de euros. La documentación del barco permitió abrir una investigación que llevó a la detención de seis presuntos narcotraficantes que formaban un grupo que se dedicaba a fletar contenedores para introducir desde la provincia de Pontevedra pequeñas partidas de cocaína.
Cinco meses antes, el considerado jefe del grupo, Antonio Baselga Izquierdo, de 54 años, había concertado otro envío similar que puso a la policía sobre la pista del negocio que había montado. El 5 de mayo, él y otro de sus socios, Jesús Molina Barrientos, fueron al puerto de Marín para rescatar la partida de cocaína que les enviaba la organización de proveedores desde Sudamérica, pero la droga nunca llegó a su destino. Había sido descubierta y aprehendida en Panamá por las autoridades policiales de aquel país.
Baselga iba a comenzar a cumplir una condena de 17 años por narcotráfico cuando fue detenido. Ahora el fiscal le pide otros 18 de prisión con el agravante de reincidencia y una multa de 10 millones de euros. Aunque tenía su residencia en la urbanización Cañada del Barque de la localidad de Dílar, Granada, se desplazaba a Galicia constantemente para controlar los envíos y asignar las funciones al resto del grupo. Uno de ellos era el vecino de Cangas, Álvaro Castro Santos, de 46 años, que también había sido condenado por narcotráfico en dos ocasiones y estaba en libertad condicional, a punto de cumplir la segunda.
Después de la frustración del anterior envío, los procesados comenzaron a gestionar los preparativos necesarios para llevar a cabo un nuevo envío de cocaína, para lo cual, mantuvieron diversas reuniones en la ciudad de Vigo y sus inmediaciones. El 13 de octubre, Baselga convocó a sus hombres en el bar Joker´s.
Él y su socio argentino Alejandro Miguel Villegas, de 52 años, con numerosos antecedentes penales y residencia en Castelldefels (Barcelona), entregaron a Álvaro Castro y al ruso Aleksander Sinitsyn, afincado en Pontevedra, la documentación que contenía los datos del barco, el número del contenedor y el lugar exacto donde se ocultaba la droga entre una carga de fruta, para que las autoridades del puerto les permitiesen retirarla.
El fiscal antidroga de Pontevedra Luis Uriarte considera a Antonio Baselga como dirigente de una organización criminal que hacía los contactos con el cartel proveedor de la cocaína, negociaba las cantidades de droga y su precio, así como la forma de envío a España de los cargamentos.
El grupo contaban con avanzados medios técnicos y dispositivos electrónicos y cada uno de sus miembros tenía asignado un cometido, siendo Jesús Molina Barrientos, con domicilio en Córdoba, su hombre de confianza, encargado de realizar labores de vigilancia, mientras el sevillano Juan López Portillo, también con antecedentes penales, se ocupaba de ocultar la droga para su distribución.
El fiscal pide 12 años y 6 meses de prisión para Alejandro Miguel; 11 años y 6 meses para Álvaro Castro, mientras que para Jesús Molina. Juan López Portillo y Alexander Sinitsyn solicita condenas de 10 años y 6 meses y multa para cada uno de 6 millones de euros.
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