Glòries se movilizará si Colau frena el segundo tramo del túnel de Gran Vía
Los vecinos del entorno temen que el Ayuntamiento no soterre la avenida hasta el cruce con Bilbao
Los vecinos del entorno de la plaza de Glòries temen lo peor. El plan previsto para revitalizar la gran fisura que abría el anillo viario que había en la plaza y soterrar la enorme arteria que supone la Gran Vía peligra por dificultades técnicas. El plan, pactado desde 2007 con los distintos Gobiernos municipales que ha habido, contempla soterrar la avenida en dos fases. Actualmente las obras se centran en la primera, que se circunscribe a la plaza. Pero las dificultades técnicas que se van encontrando y los posibles sobrecostes que generen amenazan la construcción de la segunda parte del túnel, que contempla soterrar la Gran Vía hasta el cruce con la Rambla del Poblenou. En la asamblea anual de las asociaciones afectadas celebrada este martes los representante vecinales han anunciado movilizaciones si el Consistorio frena el proyecto.
"No somos fundamentalistas y si tiene que retrasarse un tiempo lo aceptaremos, pero que no nos tomen el pelo, porque está comprometido. Podemos ser un poco flexibles, pero no pasaremos por tontos". Con este clamo el presidente de la asociación de vecinos del Clot-Camp de l'Arpa, Miquel Catasús, ha pedido el respaldo a la cincuentena de asistentes a la asamblea para que salgan a la calle si llega a hacer falta. Un vecino ha contabilizado en 180.000 habitantes los cuatro barrios que se unen desde 2007 para vigilar el proyecto Compromís per Glòries. "Tendríamos que salir todos", ha añadido con los ruidos de las máquinas trabajando —la reunión era en el centro cívico La Farinera— de fondo.
El origen de la molestia tiene lugar en una reunión con el Ayuntamiento el pasado 13 de abril. Jaume Badenes es miembro de la comisión de seguimiento de las obras y presidente de la asociación de Poblenou. Asistió al encuentro con el Consistorio y allí se encontró con un asunto espinoso. Los técnicos explicaron que por un problema técnico, el primer túnel será un metro y medio más profundo de lo previsto, la rampa de salida más inclinada y en definitiva, más caro.
La cuantía del sobrecoste todavía no está calculada pero, según ha contado Badenes a sus vecinos en la reunión, el Ayuntamiento ha tanteado que la segunda parte del túnel se puede solucionar de formas más "sostenibles". Según han contado los representantes sería ampliando aceras y plantando más árboles, algo a lo que se han negado en rotundo varios asistentes: "Desde el 92 estamos castigados y nos están tomando el pelo", ha dicho un vecino.
El ayuntamiento estaría defendiendo, según los vecinos, que no soterrar ese segundo tramo tendría ventajas en la movilidad. Badenes, aunque ha sido quién ha usado un tono más pausado, ha respondido: "Lo mismo tienen razón, pero aparte se tienen que tener en cuenta otras cosas. Volveremos a salir [a la calle] para que sepan qué quieren los barrios y los vecinos". En su tono tranquilizador, eso sí, también ha defendido que el proyecto no parece correr tanto peligro como algunas informaciones han dicho, en referencia a una publicación de La Vanguardia. Badenes ha hecho un balance moderadamente optimista de los equipamientos que contemplaba el proyecto y que ya están —algunos de ellos— en marcha. Desde su punto de vista, las asociaciones no deben caer en la guerra entre barrios por las inversiones, ha dicho e referencia al metro en la Zona Franca, el metro por la Diagonal, o el soterramiento de la ronda de Dalt. "Las defenderemos todas", ha remachado.
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