El ICF culmina el proceso para ser un banco público pero sigue sin ficha
La entidad aguarda para poder solicitar el permiso al Banco Central Europeo
El Instituto Catalán de Finanzas (ICF) ya prácticamente ha culminado todo el proceso para convertirse en un banco público de inversión. Sin embargo, la entidad dependiente de la Generalitat todavía carece de la ficha bancaria que necesita para operar como tal. El consejero delegado de la entidad, Josep-Ramon Sanromà, aseguró ayer que todavía no hay una fecha prevista para solicitarla al Banco Central Europeo (BCE), que es de quien depende esa concesión en última instancia.
El ICF es una de las llamadas estructuras de Estado que quiere sacar adelante el Gobierno catalán. Y tal vez es la que tiene más avanzada, si no fuera porque para convertirse en un banco público de inversión necesita la ficha bancaria del BCE. “Hasta que la UE defina la normativa, no se pueden dar más pasos”, afirmó Sanromà, quien añadió: “Siempre pensamos que tardará poco en definirla, pero Europa es compleja".
La petición debe ir acompañada de un informe del Banco de España que valore la solicitud. Según Sanromà, el ICF mantiene una “buena relación” con el supervisor. Además, el consejero delegado de la entidad explicó que el debate soberanista “nunca” ha aparecido en las conversaciones con el Banco de España. “Formalmente es independiente del ministerio y del Gobierno”, recordó Sanromà.
Menos financiación
El ICF el año pasado dio financiación a 1.414 empresas por 694,7 millones de euros, el 5% menos que en 2014, según dijo ayer Sanromà. Ese descenso, según los responsables de la entidad, se debe a que han descendido los préstamos directos y los de mediación. Sanromà justificó esa caída en que durante la crisis el ICF tuvo que facilitar crédito a las empresas —sobre todo pymes— ante la imposibilidad de acceder al crédito tradicional bancario. Sin embargo, este se ha reactivado, por lo que el ICF vuelve a “complementar” el papel de la banca.
De los 694,7 millones de euros aportados en 2015, el 70,1% es nueva financiación y el 29,9% corresponde a refinanciaciones de crédito facilitado por el ICF o bien por otras entidades financieras. De los casi 695 millones, 286,7 millones corresponden a préstamos directos; 185 millones, a avales; 207,5 millones, a refinanciaciones y otros 15,6 millones a préstamos vía mediación.
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