Madrid se valora como la segunda mejor ciudad europea en economía y calidad de vida

Madrid es, según Madrid, la segunda ciudad en importancia de Europa. Así se desprende del barómetro correspondiente a 2015 que el Ayuntamiento de la capital lleva nueve años elaborando y en el que aparece empatada con París y sólo por detrás de Londres. Mejora así su posición respecto al año anterior, cuando era superada por la capital francesa. En el barómetro presentado esta mañana, Madrid figura por delante de Ámsterdam, Berlín, Múnich, Barcelona, Viena, Fránkfurt y Copenhague.

La lista (que incluye 25 ciudades y está cerrada por Atenas, Manchester y Glasgow) se elabora a partir de 39 indicadores agrupados en cuatro apartados: economía y mercado laboral, transporte y comunicaciones, sociedad del conocimiento y calidad de vida. Pese al buen resultado global de la capital, el barómetro dibuja una situación negativa en los aspectos que más afectan a los ciudadanos (paro, transportes, medioambiente, etcétera). Así, ese buen posicionamiento se debe a que estos puntos negros quedan diluidos porque, metodológicamente, cuenta lo mismo por ejemplo el buen clima que la tasa de paro.

Estos datos han sido presentados esta mañana por el gobierno municipal que dirige Manuela Carmena (Ahora Madrid) Sin embargo, se refieren en su mayoría a 2015 y a años anteriores, y son por tanto explicables por la gestión durante los últimos 24 años y hasta el pasado mes de mayo del Partido Popular, a nivel municipal, así como de las diferentes Administraciones regional y estatal. Así mismo, hay variables que carecen de factor político (como el clima o la situación geográfica).

Economía y mercado laboral. Los 15 indicadores de este apartado han sido elegidos sobre todo para medir la capacidad de atraer a inversores internacionales. Así, como ha destacado Bernardino Sanz, director municipal de Análisis Socioeconómicos (y responsable desde hace nueve años de este barómetro), tener una tasa de paro disparada puede ser visto con buenos ojos a nivel internacional porque supone “una estupenda bolsa de trabajo”, de igual forma que los salarios bajos también animan a los inversores a apostar por la capital. Así las cosas, Madrid es la segunda ciudad en importancia de Europa en economía y mercado laboral, según el Ayuntamiento, sólo por detrás de Londres. Le siguen París, Barcelona y Berlín.

En tasa de paro aparece en el puesto 23º, y en nivel salarial en el 20º. Pero esos malos resultados se difuminan por su buen posicionamiento en oficinas disponibles (consecuencia, es de suponer, de la burbuja inmobiliaria y la recesión posterior); capacidad de atracción de ferias y congresos; estimación de población en 2030 (más gente, más mercado); o “cercanía a los centros de decisión política”. Según Sanz, Madrid “es la segunda ciudad más competitiva de Europa”… “¡Y me extraña que no sea la primera!”, ha añadido.

Transporte y comunicaciones. Madrid es tercera en este apartado, por detrás de Ámsterdam y Londres; le siguen Berlín, París y Barcelona. Aquí, una vez más, se mezclan aspectos que afectan a la vida cotidiana de sus habitantes (en los que la ciudad sale muy mal parada) con su capacidad para atraer a turistas extranjeros. En esto último va viento en popa: es quinta en tráfico total de viajeros y tercera en crecimiento de turistas en hoteles. En calidad del transporte público, sin embargo, ocupa el puesto 20º. Madrid aparece lastrada también por estar geográficamente a trasmano del resto de capitales europeas.

Sociedad del conocimiento. Madrid figura en este apartado en séptimo lugar, por detrás de París, Londres, Estocolmo, Copenhague, Ámsterdam y Múnich. Se mide aquí inversión en I+D (puesto 16º); precio, calidad y penetración de las telecomunicaciones (14º) y uso de internet (12º), entre otras variables. La capital destaca en número de trabajadores en el sector de I+D y en ciencia y tecnología (aparece en el cuarto puesto europeo en ambas categorías).

Calidad de vida. La capital ocupa también el séptimo lugar, por detrás de Múnich, Viena, Copenhague, Ámsterdam, Helsinki y Berlín. Se mide en este caso la percepción subjetiva de los ciudadanos sobre su propia calidad de vida (puesto 13º); el número de museos, eventos deportivos, teatros, restaurantes, etcétera (4º); la percepción de seguridad (7º); los centros médicos, listas de espera, etcétera (6º); la calidad del aire, recogida de basuras, limpieza de las calles, etcétera (19º); el número de horas trabajadas y días de vacaciones (16º); el clima (3º); la tasa de paro de larga duración (17º); el poder de compra (16º); y el porcentaje de drogadicción, alcoholismo, suicidios y depresión (2º).