La Filmoteca debe ser más autónoma y crecer, dice el CoNCA
El informe aconseja que ocupe todo el edificio del Raval para aumentar ingresos
La Filmoteca de Catalunya, con sus dos centros, el del Raval y el CR2 de Terrassa, va bien pero podría ir mucho mejor. En el primer caso, si dispusiera del espacio que ocupan dependencias del Departamento de Cultura de la Generalitat y, en el segundo, si se incrementaran los especialistas que trabajan en la conservación del material cinematográfico. También le iría bien un poco de autonomía de gestión en relación con el propio Departamento de Cultura del que depende. Son algunas de las conclusiones que destacan del informe de evaluación estratégica realizado por el Consell Nacional de la Cultura i de les Arts (CoNCA), tras un año y medio de chequeo del funcionamiento de un centro que nació en la ubicación del Raval de Barcelona y en Terrassa justo hace cuatro años. “Como quien dice, acabábamos de nacer y ya nos estaban evaluando”, resumía el director del centro, Esteve Riambau, en la presentación del estudio.
Para los examinadores del CoNCA, el traslado de la Filmoteca al nuevo edificio del Raval es como si, de alguna manera, no hubiera finalizado porque no ocupan todo el espacio y eso le resta potencial en cuanto a actividades a desarrollar. “Si tuvieran más espacio podría incrementar los programas educativos, los dirigidos a otros públicos como el familiar, organizar más exposiciones o alquilar salas”, apuntaba ayer una de las autoras del informe, Mercè Gisbert.
Ese espacio que el CoNCA reclama para la Filmoteca es de unos 1.600 metros cuadrados en la segunda planta del edificio, el 60% del total, y del 30% de la tercera, que ocupan dependencias de Cultura. “Estamos creciendo y, sin duda, es un camino a andar”, admitía Riambau. Para los autores del informe, la situación actual de “infrautilización” de la sede del Raval tiene su impacto en el cuadro financiero del equipamiento, que actualmente solo se autofinancia en un 6% gracias a los ingresos que obtiene a partir de la taquilla, exposiciones, servicio de biblioteca, filmotecas para escuelas y archivo. La Filmoteca se financia a través del Departamento de Cultura, unas transferencias públicas que se han reducido un 30% de 2012 a 2014, especialmente en inversión. La evaluación también apunta a que la gobernanza de la Filmoteca debería ser más autónoma y no depender, como le ocurre ahora, completamente del departamento de Cultura: “Con independencia del formato jurídico, le hace falta autonomía de gestión”, concluye en este punto. En el capítulo de recursos humanos, el CoNCA llama la atención de la disminución de personal en el CR2, que pasó de “18 personas a 10”, una reducción que dificulta el trabajo de conservación que se hace en el centro de Terrasa.
La evaluación también pone el foco en el edificio del Raval, del arquitecto Josep Lluís Mateo: “El diseño del edificio provoca que la definición de los accesos no responda a la adaptación idónea por la actividad pública que desarrolla. Y hay disfunciones de acceso tanto a las plantas superiores como a las inferiores —donde están las salas— y que requieren escaleras mecánicas en los dos sentidos”. Riambau matizó: “Es un problema de origen sobre el que ya se alertó el primer día y que solo se podría solucionar con una compleja y costosa obra”.
En cuanto a los espectadores de las salas del Raval, el CoNCA pone de relieve el éxito de la oferta que ofrece la Filmoteca, que se evidencia con la progresión del público —de 135.000 espectadores en 2012, a 150.000 el año pasado—, con una ocupación media (107 personas por sesión el año pasado) por encima de las salas comerciales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.