Buena Vista Social Club se despide de Barcelona, otra vez

Los cubanos del Buena Vista Social Club, o lo que queda del grupo porque el tiempo ha ido haciendo sus naturales estragos, se despidieron emotivamente del público barcelonés el pasado verano en los jardines de Pedralbes en el curso de su Adios Tour (sic). Ahora han reaparecido en el Auditorio del Fòrum para volver a despedirse, todavía dentro de la misma gira pero esta vez con una proclama distinta: ¡Hasta siempre Barcelona! Y, a la vista del eufórico resultado, podría no ser la última vez porque el invento sigue funcionando y el público les seguiría despidiendo encantado las veces que haga falta.

El lunes el auditorio del Fòrum vivió entusiasmo desbordado por todos los costados, desde la aparición del grupo hasta la apoteosis final con todo el mundo bailando y cantando alborozado. Y todo ello pese a que los Buena Vista de esta nueva visita distan mucho de ser lo que fueron. Dejando de lado a Ry Cooder que, a pesar de ser el inventor nunca se integró realmente en la banda, y de las bajas causadas por el irremediable paso del tiempo (Ibrahim Ferrer, Compay Segundo, Pío Leiva, Rubén González, Puntillita, Angá, Cachaíto), esta vez también faltaron a la cita, felizmente no por defunción, Eliades Ochoa, sobre el que giraba buena parte del espectáculo anterior, y su último director musical Aguaje Ramos. Eso sí, nadie pareció echarlos en falta.

Como ya sucediera en su última visita el concierto fue una exaltación de la tradición musical cubana y un canto a los compañeros desaparecidos con vídeos de todos ellos al son de sus canciones. Omara Portuondo volvió a ser la reina de la velada. Cantó poco, su voz ya no da para más, pero supo levantar a los espectadores de sus asientos una vez tras otra.