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Desembarco desde Normandía

Los primeros participantes de la Saloufest llegaron a Salou vigilados por la policía La empresa organizadora quiere llevar la fiesta a la Costa Brava en 2017

Cristian Segura
Estudiants británicos en la playa.
Estudiants británicos en la playa.Josep Lluís Sellart

Es domingo de Ramos y dos patrullas de la policía municipal de Salou esperan delante del Hotel Playa Park la llegada de los autocares con los primeros 2.500 participantes de la Saloufest. El personal de IloveTours, la empresa organizadora de las vacaciones universitarias más polémicas de Cataluña, dirige el rebaño de jóvenes bajo disciplina casi militar. Los estudiantes bajan de los vehículos con ganas de moverse después de un viaje de 24 horas por carretera, cruzando Gran Bretaña, Francia desde el Canal de la Mancha (Normandía) y Cataluña.

La zona del hotel, alejada del centro y urbanizada para apartamentos de veraneo y hoteles, está desierta. El sábado llegaron algunos grupos que pasaban desapercibidos. Los camareros de los locales por los que tradicionalmente deambulan los 'springbreakers' británicos están algo desanimados. Este año vienen menos 'saloufestistas': de los 9.000 de 2015 a poco más de 7.000 en la presente edición. Por segundo año el ayuntamiento de Salou se ha manifestado públicamente en contra del acontecimiento. El malestar se nota. Dos mujeres de la organización de la Saloufest me instan a marchar del Playa Park. Insisto en quedarme hasta que irrumpe el director del hotel y me echa. Un empleado de seguridad se planta en la puerta para vigilar que no vuelva a acceder.

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Normas de civismo

En la recepción del Playa Park cuelgan varios carteles que informan de las medidas básicas de orden: hay un listado que precisa las sanciones que deberán pagarse por desperfectos en las habitaciones; también se advierte que no está permitido saltar desde los balcones de las habitaciones, ni entrar alcohol en el hotel ni beberlo en la calle. Dos voluntarios de la policía reparten trípticos en inglés y francés sobre las normas de civismo que imperan en el municipio. Beber en la vía pública está terminantemente prohibido. Unos jóvenes salen del hotel con una botella que los agentes municipales que vigilan el hotel les obligan a tirar. Pese a ello, en la calle Buigas, a las cuatro de la tarde, ya se pueden ver los primeros grupos que compran cerveza, vino y lo consumen por la calle. La Policía Municipal informó que entre el domingo y el lunes impuso 31 multas por conducta incívica.

Los uniformes de los participantes de la Saloufest son las camisetas con el nombre de su grupo y un lema de batalla. Los hay que llevan complementos festivos, disfraces o altavoces. Es fácil vivir en Salou sin toparse con esta marabunta. Su radio de acción se limita a la parte del municipio donde se concentran más locales nocturnos. Jaime Fernández y su mujer descansan en un banco del paseo Jaime I. Cargan ramas de olivo para celebrar el inicio de la Semana Santa. Son de Barcelona, están jubilados y tienen más tiempo para disfrutar de su torre en el Cabo de Salou. Son muy críticos con la Saloufest pese a admitir que solo los ven cuando se acercan a este rincón del pueblo. Fernández cree que “el problema no es la juerga; todos hemos sido jóvenes. El problema es su comportamiento. Llaman la atención porque en esta época del año solo están ellos. En verano pasan las mismas cosas pero no son grupos tan grandes y son de muchos lugares”. Lucía Salinas y Eduardo Colombi regentan los tres establecimientos de tatuajes Stigma. Se muestran dolidos con el Ayuntamiento por poner las cosas difíciles a la Saloufest. Ni Salou ni Reus permiten este año que IloveTours utilice las instalaciones deportivas municipales. La experiencia de Salinas y Colombi con el acontecimiento es positiva; ganan clientes durante la temporada baja de primavera porque muchos jóvenes quieren inmortalizar la fiesta en su piel. El tatuaje más solicitado es “I Love Salou”. Salinas asegura que nunca han sufrido ningún problema de incivismo: “¿Llegan miles de ellos y por 3 o 4 locos, lo prohibirán? ¿También prohibirán el turismo de verano? ¿O solo quieren que vengan abuelitos a Salou?”, dice Salinas.

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Objetivo Lloret y Platja d'Aro

IloveTours anunciaba para finales de marzo la PlayaFest, una nueva macrofiesta lúdico-deportiva en Platja d'Aro. Sam Seward, director de la compañía, explica que se canceló por escasez de demanda. Seward apunta que en la Costa Brava la competencia es dura porque la empresa rival Outgoing Travel organiza un acontecimiento similar en Lloret de Mar. Seward informa que esperan organizar PlayaFest en la primavera de 2017. La concejal de Turismo de Platja d'Aro, Imma Gelabert, y el teniente de alcalde, Maurici Jiménez, descartan que den a IloveTours los permisos necesarios para celebrar un encuentro de este tipo en el municipio. Gelabert asegura que IloveTours necesitaría el visto bueno del consistorio para llevar a cabo PlayaFest. Seward añade que, además del PlayaFest, para la Semana Santa de 2017 preparan unas jornadas de fiesta y deporte en Lloret de Mar.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario Avui en Berlín y posteriormente en Pekín. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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