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Rediseñando África

El CCCB expone 300 obras de 120 creadores contemporáneos del continente

José Ángel Montañés
La imponente instalación escultórica 'Jua Kali City', de Tahir Carl, Dennis Muraguri y Tonney Mugo (Kenia).
La imponente instalación escultórica 'Jua Kali City', de Tahir Carl, Dennis Muraguri y Tonney Mugo (Kenia). consuelo bautista

Hay estereotipos fuertemente arraigados en la sociedad occidental que son difíciles de superar. Los que están relacionados con el continente africano son algunos de ellos: hambre, guerra, pobreza, corrupción, inestabilidad política y social, además de paisaje y naturaleza desbordante. Pero África, un enorme continente de 54 países, donde más de mil millones de habitantes, el 34% de los cuales pertenecientes a la clase media y donde en 2012 había 650 millones de teléfonos móviles registrados, más que en Estados Unidos y Europa, es también un potente continente lleno de creatividad que lucha por acabar con estos tópicos, cansado, además, de que sean otros, como en el caso de los leones, los que cuenten siempre su historia y su realidad.

En la exposición Making Africa. Un continente de diseño contemporáneo, que abre hoy sus puertas en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) hasta finales de agosto, una coproducción del Vitra Design Museum alemán y el Guggenheim de Bilbao, son los propios diseñadores africanos, a través de unas 300 obras —fotografías, revistas, ilustraciones, vídeos, trajes, películas, artesanía, maquetas y muebles— los que muestran sus producciones y cómo ven y viven el mundo. De entrada, el visitante es recibido por el trabajo del keniata Cyrus Kabiru, una instalación con una decena de esculturas-gafas creadas a partir de material reciclado que invitan a ver lo africano de forma diferente, con una nueva perspectiva. Si alguien no se da por aludido, Kai Krause insiste con su obra The True size of Africa, un mapa invertido del continente que no tiene en cuenta las influencias coloniales. Lo mismo que los retratos de albinos de raza negra de Justin Dingwall. Todos inciden en el cambio de perspectiva al que invita esta exposición y lo positivo que puede ser el diseño para el futuro de África.

'Animata' de Víctor Omar (2013).
'Animata' de Víctor Omar (2013).victor omar

Amelie Klein, comisaria de la muestra, que ha reunido piezas de 50 colecciones de todo el mundo después de trabajar durante dos años y realizar encuentros y entrevistas con 75 expertos, artistas, arquitectos, diseñadores, galeristas y comisarios de las principales ciudades africanas, asegura que el objetivo de la exposición “no es dar a conocer un panorama exhaustivo del diseño de África, sino ofrecer un nuevo relato y una valoración diferente. Demostrar que el estereotipo no es erróneo, pero si es incompleto”. Según la experta: “Claro que hay corrupción, hambre, problemas, pero también hay una clase media en ascenso y una sociedad vibrante y efervescente como sucede en Nigeria, o en ciudades como Ciudad del Cabo o Lagos”.

La comisaria compara la energía actual, permitida, sobre todo, por el acceso a Internet a través del móvil, con la vivida en los años 50, al fin del colonialismo. Lo demuestran fotografías de Malic Sidibé con jóvenes bailando para celebrar la independencia de Malí comparadas con el fenómeno viral que fue la subida a Internet de vídeos con el tema Happy de Pharrell Williams por cientos de personas de todo el mundo, muchas de ellas de jóvenes africanos, que aprovecharon, de forma nada acomplejada, para mostrarse a su comunidad, su ciudad o su región ante un público mundial interconectado.

Mário Macilau, 'Alito, The Guy with Style'.
Mário Macilau, 'Alito, The Guy with Style'.mario macilau
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El fenómeno de las ciudades, también presente en África, se explora con trabajos como los del vídeo Excuse me, while I disappear, de Michael MacGarry en el que se muestra una zona residencial vallada en Ángola creada por inversores chinos, o en Sudáfrica, a través de Ponte City, un poético trabajo de Mikhael Sbotzky y Patrick Waterhouse, sobre un lujoso rascacielos de Johannesburgo, el más alto de África, que tras el fin del apartheid, fue ocupado por clases más humildes, convirtiéndose en símbolo de la historia de este país.

Beyoncé y Katy Perry

La exposición contiene trabajos de creadores de la llamada África Negra, como Kenia, Sudáfrica, Zimbabue, Nigeria, Angola, Senegal, Mozambique, Ghana, Benin o Congo y de otros artistas nacidos o afincados en EE UU o Europa, que explican su realidad desde el exterior. Y recoge objetos simples como unas botellas de plástico aplastadas y reconvertidas en chanclas; muebles vegetales realizados con cañas o con neumáticos de coches o el impactante sillón creado con armas de la guerra civil de Mozambique creado por Gonçalo Mabunda.

La exposición concluye reflexionando sobre el origen y el futuro, con sorpresas como el hecho de que los vídeos de Beyoncé o Katy Perry acumulan tantos clics aquí como en otras partes del mundo o descubrir que uno de los tejidos de estampados africanos más reconocidos tiene un origen indonesio. Un tejido, que, por lo demás, levanta encendidas críticas por representar el pasado colonial.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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