Los manteros exigen planes de empleo para todo el colectivo

El colectivo de vendedores ambulantes de Barcelona convocó ayer por la tarde un nuevo “mercado rebelde” en Canaletes que congregó a un centenar largo de personas vendiendo productos falsificados. Sus portavoces respondieron al Ayuntamiento, que el jueves presentó las conclusiones de la mesa del top manta. El Sindicato Popular de Manteros acusó al gobierno de la alcaldesa Ada Colau de “mentir y traicionarles” y exigieron planes de empleo “no para 40 personas” —el consistorio dice que se han acogido 16 pero que pueden hacerlo cuantos quieran—, sino “para todos”.

Los manteros son varios centenares de inmigrantes sin papeles, lo que dificulta su inserción. Uno de los portavoces del Sindicato, Dauda, acusó con dureza al actual ejecutivo: “Primero nos promete y luego nos miente y nos traiciona”. “Hasta hoy hemos estado callados para no ser aprovechados por la derecha mediática; nos hizo creer que buscaría respuesta social y ahora vemos solo presión y represión, como hizo [el ex alcalde] Trias”, manifestó micrófono en mano ante una decena de cámaras de televisión y numerosos policías de paisano. Al contrario que el sábado anterior, no hubo operativo policial visible.

 “No hay ni un solo mantero que haya sido llamado para estos planes de empleo”, aseguró Dauda, que explicó que tanto el sindicato como la entidad vecinal Tras la manta no fueron avisados de la presentación de las conclusiones. “Las alternativas no son reales y lo saben”, continuó y relató que los vendedores han sugerido “pagar tasas, organizar mercadillos de fin de semana o cambiar de productos”, que hasta ahora son falsificaciones.

Tanto los manteros como Tras la manta acusaron al Ayuntamiento de emplear “la represión como única respuesta” y de “castigar la solidaridad haciendo identificaciones”. Aurea Martín, de la entidad, aseguró que ni ellos ni SOS Racismo daban la mesa por cerrada y denunció que se enteraron por la prensa. “Es un blanqueo de cara ante los movimientos sociales”, afirmó.

Durante la concentración también tomaron la palabra representantes del Espacio del Inmigrante, el centro Iridia de defensa de los derechos humanos, la concejal de la CUP Maria Rovira e incluso un comerciante del Raval, Ernest Morera, que negó que los vendedores sean “mafias ni perjudiquen a los comerciantes de barrio”. “Perjudican los centros comerciales”, sostuvo. “Todo el mundo tiene derecho a buscar recursos para vivir de forma digna”, defendió, y acusó al consistorio de “ceder a las presiones empresariales y mediáticas”.

El abogado Andrés García, de Iridia, recordó que el top manta fue despenalizado en 2010 y “repenalizado” el pasado verano. García pidió “la colaboración, como entonces, de entidades y artistas que vuelvan a pedir cambiar la ley”.