Ignasi Cambra, solo pianista
Regreso al Festival de M;il·leni de Maceo Parker, uno de los saxofonistas más incendiarios de la actualidad
El joven pianista Ignasi Cambra nació en Barcelona en el seno de una familia poderosa, influyente y nació ciego. Estas dos circunstancias intervinieron favorablemente en el inicio de su carrera musical pues gozó de unas oportunidades y de una atención preferente por parte de los medios de comunicación que no tuvieron otros pianistas de su edad y de parecido mérito musical.
Estas mismas dos circunstancias podrían, sin embargo, estar girando ahora en su contra pues una parte nada desdeñable de la melomanía, mayormente sorda y con poco discernimiento, sigue negándose aún a considerar a Ignasi Cambra un pianista hecho y derecho, un profesional que está construyendo su carrera y sigue empeñada en ver en él a un joven que por un lado despierta envidia y por otro compasión.
En su concierto en el Palau Ignasi Cambra pecó, como tantos pianistas jóvenes, de dispersión. Incluir en un mismo programa Grieg (Suite Holberg), Bach (Partita núm. 5), Schubert (Impropmtus Op. 90) y Rachmáninov (tres Preludios del Op. 32) es mezclar harinas de costales demasiado diferentes.
Ignasi Cambra
Obras de Grieg, Bach, Schubert y Rachmáninov. Palau de la Música. Barcelona, 10 de marzo.
El joven Cambra tiene tocar de solista, cálido, expresivo, potente. Hubo algunos errores puntuales de teclas y un momento de duda en el primer Impromptu, pero globalmente ofreció una buena actuación. Grieg y Rachmáninov fue lo que le quedó mejor, en Bach faltó claridad de intención y en Schubert matices, sutilezas y, a veces, sobró peso en la mano izquierda. Todo se andará, su tocar es interesante, prometedor.
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